Cuando te encuentre

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Este es uno de esos ejemplos en el que deberíamos agradecer a los distribuidores de películas en la Argentina por esa tendencia inescrupulosa de cambiarle el titulo a los filmes que se estrenan. Es la excepción que confirmaría la regla. Su denominación original es extremadamente vago, “The Lucky One”, que sería lago así como “El Suertudo”, situación que haría dudar al espectador inocente sobre que versa el texto fílmico.

Por eso “Cuando te encuentre”, y ya parados en la puerta del cine, no caben dudas sobre que veremos antes de entrar, como diciendo “ya la ví una y mil veces, creo...” El problema es que una vez adentro, no sólo ya la viste, sino que las antecesoras no eran tan malas, como si funcionará a rajatabla la “Ley de Murphy”, nada es tan malo que no pueda empeorar.

Primera escena: un paisaje paradisíaco, lagos, ríos, vegetación, pequeños barcos, un atardecer “de película”, mezcla empalagosa. Luego sabremos que es el Estado de Louisiana, y una voz en off que nos dice, sintetizando, que debemos creer en el destino.

Corte. Estamos en medio de una guerra, Logan (Zac Efron) es parte de las tropas de Asalto en Irak, y un haz de luz le impacta en la cara, es el reflejo de algo que hace rebotar la luz del sol e impacta en sus ojos, ¿Qué hace Logan? No, no se corre, va en busca de ese elemento molesto y se aleja lo suficiente como para que un misil que impacta sobre el camión en el cual el estaba apoyado explote en un mil quinientos setenta y cinco pedacitos, y a él no le pase absolutamente nada. Ese objeto era la foto de una joven rubia, de otro soldado, atrás de la foto decía “Cuídate”.

Ergo, esa foto le salvo la vida.

Pero no era una foto cualquiera, en el margen derecho de la misma se podía ver de fondo la mitad de un faro. Es a partir de esa imagen que él puede descubrir donde fue tomada e ir en busca de su ángel guardián, la chica de la foto que le salvo la vida.

¿Sabe qué? Por casualidad encuentra a la chica sin mucho esfuerzo, Google mediante (lo que es la tecnología, no?), mucho más bella en persona, y no sabe que decirle…. Pero ella, por las dudas, lo desprecia de una

¿Adivine que pasa luego?

Claro. ¿Y después?

Por supuesto.

¿Como sigue?

Perfecto

¿Y más tarde?

¡Aja!¡ Increíble!

¿Como termina ¿Se le anima?

Acaba de recibirse de novelista mediocre con futuro cinematográfico.

A todo esto súmele un hijo pequeño todo corazón, un ex marido violento y para colmo el sheriff del pueblo, una madre sabia, más por vieja que por bruja, muchos y hermosos perros, etc.etc.

Esto que no es más que una chanza, es para dar cuenta que toda la producción es un catálogo de lugares comunes, clisés por donde se lo mire, ni siquiera uno puede sostenerla a partir de pensar, o evaluar, los rubros técnicos, los que están a pleno trabajados sobre un guión paupérrimo. Ni hablar de las actuaciones, Zac Efron no termina de recibirse de actor; la bella Taylor Schilling deberá esperar otra oportunidad para demostrar sus capacidades histriónicas. El realizador Scott Hicks, el mismo de las muy buenas “Claroscuro” (1996) y “Mientras nieva sobre los cedros” (1999), hace lo que puede con el material que le dieron.