Cuando oscurece

Crítica de Nicolás Pratto - Funcinema

RUTAS COMPLEJAS

Cuando oscurece es la segunda entrega del realizador Néstor Mazzini, que integra su trilogía denominada Autoengaño. Su anterior film, 36 horas, sigue a una familia en erosión, cuyo protagonista, Pedro, deberá afrontar el proceso de divorcio, el cumpleaños de su hija y, a su vez, una deuda que lo persigue. El estreno de la semana es la continuación de los hechos.

La película inicia con Pedro compartiendo un fin de semana de campamento con su hija (Flor), la ausencia maternal se hace presente ante las preguntas de la pequeña. Ambos inician un viaje, instalándose en una cabaña, apaciguando en la menor lo que conlleva una separación y fortalecer vínculos. Lo que el realizador nos presenta como una relación entre padre e hija, en realidad es el secuestro y huida de este.

Cuando oscurece se torna interesante a partir del segundo acto. El primero se extiende en demasía, en parte entendible para quien no haya visto la precuela. Pero aun así, logra crear un ambiente tenso y somos testigos de un hombre, un buen padre, al borde, si ya no lo está, del quiebre. Se destaca la actuación de la niña como lo mejor de la película; desde sus gestos, tono de voz, transmite inocencia y ternura, bien dirigida.

Un hombre atormentado, una hija que poco a poco toma conciencia de la realidad, y una madre que toma presencia hacia el final, en la búsqueda de su hija. Interesante película que despierta interés hacia el desenlace y de cara a la resolución de su trilogía.