Cuando las luces se apagan

Crítica de Iván San Martín - Cinergia

Oscuridad profunda

Siempre los proyectos cinematográficos necesitan un empuje, y en el cine de género o terror eso muchas veces se logra con un nombre que esté relacionado y sirva para venderlos al público que sigue a cierto director. El cortometraje que luego se convirtió en la película Mamá (2013) tenía en el rol de productor a Guillermo del Toro. Ahora llega Cuando las luces se apagan (Lights Out) también basada en un corto y como productor tiene a James Wan.
Martin (Gabriel Bateman) es un niño de 10 años que acaba de perder a su padre y vive con su madre Sophie (Maria Bello), una mujer inestable mentalmente. Una noche nota a su madre hablar con la presencia que los azota desde hace rato por las noches y que se oculta de la luz. Rebecca (Teresa Palmer) es la hija de Sophie y hermanastra de Martin. Los hechos harán que se lleve a Martín a vivir con ella y ponga en jaque a su madre cuando la presencia complique más la existencia de todos y haya que mantener las luces encendidas.
Una película de terror donde la fórmula está vista hasta el hartazgo, con climas bien construidos pero que el misterio de la presencia extraña es algo tirado de los pelos. Las actuaciones están correctas pero Maria Bello es la que mejor está como la madre demente, Teresa Palmer es una gran elección de casting bastante buena para la hija ya que da en lo físico. Gabriel Bateman es el niño y no recae en la sobreactuación del infante en peligro que no entiende qué sucede.
Hay algunas escenas que intentan dar más dramatismo pero que terminan sacando al espectador de la historia. Por ejemplo, la protagonista y su hermano agarran un linterna a la que hay que “darle cuerda” para encenderla, el ruido es algo ridículo y para agregarle algo más la luz se termina enseguida.
Cuando las luces se apagan llega en un momento donde en la cartelera se encuentran dos títulos fuertes como El conjuro 2 (The Conjuring 2) y 12 horas para sobrevivir: El año de la elección (The Purge: Election Year). Las tres películas atraen al mismo público a las salas y esta es la más flojas de ellas... pero aún es mirable.