Cuando ellas quieren más

Crítica de Ezequiel Boetti - Página 12

"Cuando ellas quieren más": ahora las chicas se van de vacaciones.

El título original de Cuando ellas quieren más es Book Club: The Next Chapter, pero no hay muchos libros a lo largo de esta secuela del film de 2018 centrado en cuatro amigotas que orillan los 70 años, se conocen desde siempre y comparten una reunión mensual para comentar algún título literario. Así lo hicieron hasta la irrupción de la Covid-19, cuando el aislamiento social las obligó a guardarse en sus casas –todas recontra confortables para bancar meses de encierro– y cambiar encuentros presenciales por videollamadas comunitarias. Apenas las cosas se calman, las chicas vuelven a juntarse para, con todo el bagaje pandémico a cuestas, poner en marcha un viejo sueño colectivo: viajar a Italia para unas vacaciones a todo trapo. No faltarán, desde ya, hoteles de lujo, comidas pantagruélicas, algo de sexo casual, paseos y paisajes, muuuuchos paisajes filmados como postales de Roma, Venecia y la Toscana, epicentro de un desenlace con un grado de dulzor que deja al espectador ávido de una buena dosis de insulina.

El escenario es distinto al de la primera película. Si en la anterior, cortesía de la saga Cincuenta sombras, el asunto pasaba por cómo encender el deseo sexual, aquí se desplaza hacia -ay- la búsqueda y la aceptación del amor. La idea de amor que maneja el guion del también director Bill Holderman y Erin Simmses es digna de otros tiempos, con los hombres proponiendo y ellas disponiendo. Pero esto genera ruido, en tanto Cuando ellas quieren más se encuadra, por un lado, en lo que los anglosajones llaman “Chick Flick”, esto es, comedias románticas diseñadas principalmente para el consumo femenino y en cuyo centro anida la voluntad de movilizar las emociones a través de cuestiones relacionadas con los vínculos humanos y los sentimientos a flor de piel. Por el otro, en las “comedias geriátricas”, que cada tanto aparecen en la cartelera comercial con la fórmula de siempre: un grupo de veteranxs que, con todos los caprichos, taras e inseguridades de una vida sobre la espalda, se las arregla para sortear los obstáculos y ofrecer la siempre temida lección de vida.

Es así que la viuda Diane sortea la etapa final de su duelo rindiéndose ante la caballerosidad decimonónica de su nueva pareja (Andy García), Carol (Mary Steenburgen) transita una etapa de tranquilidad con su marido recientemente operado y la alguna vez reacia a las relaciones estables Vivian (Jane Fonda) está enamoradísima de un viejo amor de su juventud (Don Johnson), con quien acaba de comprometerse. Quien sigue el camino de la soledad es la reputada y tímida jueza federal Sharon (Candice Bergen), que tiene un gato como única compañía. La muerte del felino es la pieza faltante para que hagan las valijas con destino al país con forma de bota. A excepción de un robo que a nadie le preocupa demasiado, las chicas la pasan bárbaro durante toda la película. Allí está, entonces, la módica propuesta de Cuando ellas quieren más: ver a unas mujeres con plata siendo felices.