Cuando despierta la bestia

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Animalada

Si bien no estamos ante una película original desde el punto de vista temático, es justo aclarar que los méritos de esta ópera prima, Cuando despierta la bestia -2014-, de Jonas Alexander Arnby, obedecen a su austeridad tanto en lo expositivo como a la hora de crear la atmósfera del terror. Logros que llegan sin apelar a recursos trillados ni golpes de efecto, con una fuerte apuesta al desempeño del reparto, principalmente de su protagonista Sonia Suhl, y además a la utilización del indicio para el avance progresivo de la historia.
La ambientación en el seno de una comunidad pesquera, donde la familia de Marie, constituida por su padre y una madre enferma, juega un rol importante al definir tanto los alcances como los límites de un relato que puede ampararse en la idea de leyenda, con la dialéctica habitual entre familia emergente del mal y comunidad dispuesta a eliminar cualquier atisbo de esa oscuridad a cualquier precio.
En ese sentido, el indicio habilita todo tipo de especulación por parte del espectador y se manifiesta desde el minuto cero, cuando Marie en una consulta médica de rutina exhibe alguna marca en su cuerpo, que podría ser un sarpullido común pero inmediatamente la mirada del doctor indica otra cosa.
Acto seguido, las constantes humillaciones por parte de sus compañeros de trabajo en una factoría pesquera, cambios en la personalidad de Marie y una serie de características particulares que por motivos evidentes no se rebelan aquí, abren las puertas al suspenso y a la tensión dramática producto del enrarecimiento de la atmósfera pueblerina y las reacciones de los lugareños para con la familia en cuestión.
Varias ideas arcaicas atraviesan el universo minimalista de este film, parte de ellas bien desarrolladas por el guionista Rasmus Birch, quien utiliza los diálogos precisos para sembrar la información sin grandilocuencia y se vale del ocultamiento por momentos para conseguir un efecto más eficaz en el desarrollo de la pesadilla de Marie, su entorno y un pasado familiar que es condenatorio y tiene todas las improntas del destino trágico.
Sin embargo, el relato pierde algo de consistencia hacia el último acto y tal vez el paralelismo entre la animalidad de la protagonista para con sus captores resulta un tanto evidente a pesar de que otras ideas reciben un tratamiento más sutil por parte del guionista, como por ejemplo, la paulatina animalidad o metamorfosis sufrida por Marie.