Cruzadas

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Picaresca con buenos nombres y guión flojo

Desde «Las lobas», 1986, con Leonor Benedetto y Camila Perissé en sus mayores esplendores, que no se hacía una comedia picaresca con este criterio: no es de tipos atrás de las mujeres, sino de mujeres empresarias atrás del dinero sin mayor obligación ni concesión amigable de sexo. La peor especie, y la más fascinante para muchas congéneres. En este caso, las protagonistas son dos veteranas y buenas actrices, Moria Casán y Nacha Guevara, que ya habían compartido pantalla en «Un tal Funes», 1993, pero ahí estaban como compañeras de trabajo en un burdel de provincia, y Nacha cantaba hermosamente una ranchera con Antonio Tarragó Ros. En cambio acá están enfrentadas como herederas de un rico dueño de medios periodísticos en una mesa de duras negociaciones, y cantan los de Peperina en Llamas y Damas Gratis.

«Cruzadas», que lleva el agregado «jamás mezcladas», también tiene otras coincidencias con «Las lobas»: rostros altivos, vestuarios abundantes, ostentaciones, variedad de asistentes y obsecuentes para cada señora, un padre poco ejemplar que se les muere (acá maliciosamente llamado Ernesto P. Roble), parentesco innegable (hermanas las lobas, hermanastras las de ahora), un reparto atractivo, atendible lote de niñas para el coro, inserción de números cómicos de relativa gracia, intención de agilidad en todo momento, floja inspiración para el libreto y la puesta en escena, ocasionales groserías de fácil eco, y la curiosa sensación de estar viendo un desperdicio.

Esto en algunos puede causar vergüenza ajena, en otros el dolor de haber pagado la entrada, y en otros más un placer indescifrable, porque hay público para todo, y el Incaa haría bien en acordar una línea de crédito para las películas populacheras. Cabe recordar, al respecto, que las anteriores del mismo director son éxito de venta en las estaciones de ferrocarril, a tres por diez en vcd. Como decía un recordado jefe de prensa, «hay gente que le gusta el lomo al champiñón, hay gente que le gusta el choripan, y uno debe atender a todos».