Cruella

Crítica de Fernando Pantuso - 4 Críticos

Cruella es una película audaz, eso no puede ponerse en duda, ni siquiera por sus detractores. Revisionar un clásico de hace 60 años, en formato live action y haciendo foco en los orígenes de la villana es ir más allá de lo esperado. Es cierto que ya se hizo con Maléfica y funcionó, y que ya hubo un live action de "101 dálmatas", pero no deja de ser sorprendente la insistencia de Disney en esta búsqueda.
De todas formas, hay que tener en claro que se filma lo que la época y el sentido común dan por válidos. Y cuando el revisionismo parece ser la regla, profundizar en la genealogía de la maldad desde una mirada más compleja parece ser un camino tan viable como interesante. Todo villano es víctima antes que victimario sentencia Disney y nos obliga a prestar acuerdo.
Quien sabe si en 50 años analizaremos los clásicos desde un abordaje radicalmente distinto.

Pero cómo es Cruella como película entonces. Es un poco difícil de responder, ya que por más que se intente presentar como precuela de la original, no pareciera formar parte del mismo universo. Es más, es probable que Cruella sea una película más sólida si se la extrae de allí y se la valora aislada, como un relato con nombre propio.
Tiene los mimbres para valerse sola, sin dudas. No quizás por su guión, lleno de resoluciones forzadas e infantiles, sino por su capacidad de brindar una historia repleta de entretenimiento.
Todo lo que representa el camino de Estella, desde haber perdido a su madre hasta transformarse en diseñadora punk disruptiva, son momentos ágiles, con imágenes visualmente imponentes. Su venganza hacia la baronesa Von Hellman (brillante Emma Thompson), su relación con Gaspar y Horacio, y su metamorfosis en Cruella son ejes bien narrados en una historia que cuando menos fino se hila, más se permite disfrutar.

Se le podrá pedir más a la película, profundizar en la transformación del personaje o generar mayores climas de tensión. Pero no es eso lo que Disney puede hoy brindar cinematográficamente. Sí puede garantizar espectáculo, y eso con Cruella, lo consigue.