Crónicas de la gran serpiente

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

Menos olvido y más perdón

El documentalista Darío Arcella ofrece en Crónicas de la gran serpiente (2010) un ensayo cinematográfico sobre la conquista y el genocidio hacia los pueblos originaros de Latinoamérica a través del relato de quienes descienden de forma directa. En su propia lengua y desde su propias vivencias.

El tema de la desaparición de los pueblos originarios adquiere cada vez un mayor tratamiento por parte de las diferentes expresiones artísticas y el cine es quien lleva la delantera a la hora de mostrar el pasado, presente y futuro de quienes en realidad resultan ser los verdaderos dueños de la tierra. Crónicas de la gran serpiente funciona como un collage de imágenes y sonidos para reconstruir la historia de una persecución a través de la simbiosis de las nuevas voces con los viejos rostros, y viceversa.

Arcella explota todos los elementos cinematográficos con los que cuenta para plasmar el relato. Animaciones, imágenes de archivos, falsas voces y voces verdaderas, dramatizaciones ficcionales y testimonios actuales se van hilvanando a través de una narración fragmentada que habla sobre la conquista pasada y el desprecio presente, de la masacre y el olvido, de lo transmitido generacionalmente y de lo adquirido con la experiencia.

Con un interesante trabajo en lo visual y un riguroso tratamiento sonoro Crónicas de la gran serpiente es un documental que tanto desde lo técnico como lo narrativo cumple con lo que propone, que no es más que contar la historia de aquellos pueblos a los que se les quitó todo y que siglos después siguen sin recuperarlo. Un valioso film para ayudarnos a no perder la memoria.