Crímenes ocultos

Crítica de Jonathan Plaza - Función Agotada

Tartamudeando géneros

Tradicionalmente son pocos los films que funcionan bien cuando Hollywood intenta correr el foco de su país y colocarlo en el de sus rivales históricos. En su mayoría, estas películas no fallan por la perspectiva política planteada ni tan poco por tener una recreación parcial de los momentos históricos contenidos. Lo que falla cuando Hollywood realiza estos intentos es que pierde la construcción narrativa que lo caracteriza.

Pareciera ser que hay algo en este cambio de punto de vista que afecta directamente a la solidez de la narración. Ese también es el caso de Crímenes Ocultos (Child 44), del sueco Daniel Espinosa, que pretende pararse en la Unión Soviética de Stalin para contarnos quién sabe qué. Uno podría decir que el problema es puntualmente de guión y de esta forma cargar de responsabilidades a Richard Price (guionista efectivo pero no brillante) o al mismo Tom Rob Smith, escritor de la novela en la cual se basa la película pero lo que más llama la atención es la perdida de pulso narrativo en la dirección de Espinosa. El sueco no es necesariamente un virtuoso, pero al ver Protegiendo al Enemigo (Safe House, su film anterior) notamos una claridad con respecto a lo que quiere y lo que no quiere contar que en Crímenes Ocultos no aparece por ningún lado.

El que mucho abarca poco aprieta, en cine esa frase debería estar tallada en piedra.
Siendo un poco benevolente uno podría decir que se trata de un Thriller Político que aspira a ser film de espionaje. O algo así. Si así fuera quizás el problema no sea la película en sí, sino lo alta que dejó la vara su compatriota Tomas Alfredson con esa maravilla llamada El Topo (Tinker Tailor Soldier Spy).

Tom Hardy aprovecha un gran momento de su carrera y un personaje de esos que le quedan perfectos para subirse al lomo muchas de las lagunas que hay en la película. Sin embargo, cuando varias tramas (y cada una de un género diferente) que se unen sin una conexión clara a lo largo de larguísimos 137 minutos no hay mucho por hacer.

Crímenes Ocultos pudo haber sido un retrato del Estalinismo, un film de espionaje, uno de suspenso y hasta un film romántico. Al pretender ser todo eso, sólo queda en el recuerdo una película aburrida.