Crímenes imposibles

Crítica de Gimena Meilinger - Sin Subtítulos

Hernán Findling (“Breaking Nikki”, 2009) llega a los cines con “Crímenes imposibles” su quinta película, con guion de Nora Leticia Sarti. En 90 minutos de duración el film recorre varios géneros y arma el relato como las piezas de un rompecabezas. Federico Bal protagoniza éste thriller psicológico sobrenatural, con mezcla de policial y noir, donde nada es lo que parece y vemos a un policía y a una monja involucrados en una historia llena de giros, dentro de un dualismo casi onírico.

Tras la muerte de su hermana menor debido a una enfermedad, Lorenzo (Federico Bal) se va de vacaciones con su familia, a la que deja relegada por la novela que está escribiendo. Ocurre un accidente y Lorenzo despierta en un mundo distinto, sin su familia, donde es un duro policía que investiga el caso de Caterina (Sofía del Tuffo), una monja con visiones demoníacas, quien parece ser responsable de muchos crímenes acontecidos en los últimos tiempos. Así, se suceden eventos sangrientos donde Lorenzo intenta descifrar el mal que acecha a la joven religiosa.

Desde el primer avance de la película, todas las miradas se centraron en Federico Bal y su protagónico. El actor se supo separar del costado hiper mediático y demuestra su talento y su posibilidad de crecimiento en la interpretación dramática. Además, Sofía del Tuffo (“Luciferina”, 2018) de a ratos se roba la pantalla con el personaje de la monja poseída. Acompañan de manera correcta Carla Quevedo, Guido D’Albo, Daniel Alvaredo y Marcelo Sein.

El guion de Sarti está bien, si pasamos por alto la descripción excesiva del protagonista y los saltos, en la primera parte, que no se sabe qué es lo que deparará el relato. Aunque inverosímil, la manera de narrar los cambios de personalidad que atraviesa el personaje principal de un mundo a otro es llamativa. Es una historia que necesita tiempo, vale la pena ver hasta el final inesperado. Además, la música de Gustavo Pomeranec llena algunos baches agregando buena dosis de tensión a ciertas escenas.

Con algunos diálogos rozando lo ridículo, la historia se debate entre lo real y lo onírico, siendo entretenida la mayor parte del tiempo. Quizás está desaprovechada la pelea entre lo racional y lo místico, pero igualmente el thriller psicológico siempre está presente, así sea como forma de mostrar el camino a la redención del protagonista. “Crímenes imposibles” se instala como una nueva obra de género de nuestro país, y eso ya es motivo para ir a verla.