Cría siniestra

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

Una joven gimnasta vive bajo la perfeccionista mirada de su madre, a quien busca desesperadamente conformar. Un núcleo familiar aparentemente perfecto y ejemplar esconde bajo capas de banalidad e hipocresía una profunda disfuncionalidad; la fachada podría desmoronarse en segundos. La finlandesa Hanna Bergholm sorprende favorablemente a la crítica y a la audiencia con “Cría Siniestra”, film en donde el horror y la ira eclosionan desde el interior de la protagonista. El ciclo espejo de la naturaleza cobra forma sádica en este perturbador ejercicio de terror corporal a lo David Cronenberg. Somos testigos del horror sin intervenir.

Connor ‘O Sullivan concibe efectos especiales de brutal anatomía, implementando un logrado trabajo sobre maquillaje, animatronics, títeres y marionetas. Nominada a los Festivales de Sitges y Sarajevo, “Cría Siniestra” viene a decirnos que lo realmente perturbador reside en la condición human, porque los monstruos son metáforas de nuestras ansiedades personales y colectivas. Recurriendo a ello con suma creatividad, Bergholm imprime a su obra un cabal sentido terrorífico. Dentro de la popular rama titulada ‘body horror’, este film es, además, un manifiesto estético de auténtica lección de fotografía e iluminación cinematográfica. En sus texturas, lo repulsivo y lo grotesco se muestra con sugestión y en claro efecto desequilibrante. Y lo hace evitando el pecado capital de muchas de sus sucedáneas: en absoluto en detrimento de la historia.