Cría siniestra

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

Luego de una amplio recorrido por festivales como Sundance y Sitges, llega a 64 salas de todo el país esta ópera prima de la directora finlandesa Hanna Bergholm que incursiona con más hallazgos que lugares comunes en el body horror.

Tinja tiene 12 años, pero recibe presiones dignas del mundo adulto. Es la que ejerce su madre, una mujer más preocupada por mostrar una vida idílica en redes sociales que en darle contención y apoyo a sus hijos. Por eso, la obliga a realizar largos entrenamientos de gimnasia artística con miras a un torneo del que, si fuera por Tinja, difícilmente participaría.

Con un padre ajeno e incapaz de tomar alguna decisión y un hermano siempre listo para delatarla, Tinja encuentra un huevo en el bosque que decide llevar a su casa para “empollarlo” dentro de un oso de peluche. Cuando se rompe, sale de allí la cría siniestra a la que alude el título: un pajarraco enorme que irá cambiando su fisonomía original para adoptar una muy parecida a la de Tinja.

Ella encuentra en la criatura un apoyo que no consigue en otro lado, por lo que intenta protegerla ante la mirada de su familia. El problema es que tiene una peligrosa tendencia a asesinar a todo aquello que moleste a su dueña, ya sea un perro o el bebé del amante de su madre.

La película de la finlandesa Hanna Bergholm recuerda a las de Ari Aster. De El legado del diablo / Hereditary toma una dinámica familiar disfuncional, con una madre ensimismada y dispuesta a todo con tal de conseguir lo que quiere. De Midsommar, el terror no espera la noche, la idea de que el horror puede convivir a la perfección con la luz solar, lo que convierte a Cría siniestra en un exponente del cine de “terror diurno”.

A medida que la criatura aumente su tamaño y cambie su cuerpo, Cría siniestra se adentrará en la relación tóxica entre Tinja y su madre y, por lo tanto, la dotará de un significado metafórico. Allí, en ese vínculo entre madre e hija perverso y con la manipulación a la orden del día, está el núcleo más jugoso de un relato que funciona mejor en el terreno del thriller psicológico que en el de los sustos más tradicionales.