Creed: corazón de campeón

Crítica de Fernando Casals - Revista Meta

EL ROCKY DE LA NACIÓN HIP HOP
Rocky Balboa ya no es el semental joven que hizo la subida de las escaleras para contemplar el esplendor de Filadelfia en 1976, y nosotros tampoco. La vista no ha cambiado mucho, la fórmula de las películas de Rocky tampoco.

El director y escritor Ryan Coogler homenajea la creación de Sylvester Stallone con una Filadelfia cinematográfica de fondo, sostenido en el carisma de Michael B. Jordan, una mezcla que actualiza y calza perfecta a la mitología de Rocky.

Adonis es el hijo de Apollo Creed y necesita un entrenador, por lo que busca a Rocky, quien fue su adversario. Los fantasmas están por todas partes en Creed; el gimnasio de Mickey, el restaurante “Adrian”, la tumba de Paulie, y Rocky que aparece como un sobreviviente solitario, allí comienza el juego de seducción, ¿quién necesita más a quién? ¿Adonis a Rocky o viceversa?

“Creed” procede a tocar el mismo ritmo que las seis películas de Rocky que le preceden, todo el derrotero hasta la gran pelea final. Un trabajo de cámara fluido y por momentos virtuoso hacen el resto.

Complaciente con los fans -como debe ser en estos años de nostalgia cinéfila- “Creed” cumple con todos los propósitos que busca y deja a los fans pidiendo más. Llegando a un final que rinde homenaje a la película original de una manera agridulce, potenciado por el gran empuje emocional que proviene de la familiaridad de la audiencia con el personaje. Un triunfo por puntos en decisión dividida.