Cracks de Nácar

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Confesiones para melancólicos

El filme permite acercarse a rasgos de carácter del argentino bohemio a través de sabrosas anécdotas, la picardía de Berruti saltando la barrera que prohibía el contacto del cronista, con los premiados por el Oscar en Hollywood, o la curiosidad y ternura de la relacin de Serra con la pequeña rusa del mítico tren Transiberiano.

Unos son fanáticos del ajedrez, otros del Go o el mahong. También hay devotos de los juegos de azar. Y algunos como Alfredo Serra y Rómulo Berruti, periodistas veteranos, "mueren" por el fútbol de botones. Ese que nos explican a cámara, se juega con once fichas, representadas por botones, que cada uno le dio el rostro de cracks futboleros, que martirizan arcos de acrílico. Y estos veteranos son tan fanáticos que lo juegan desde hace cuarenta y cinco años, creyendo que eran los únicos, pero que internet les informó que existen competidores en España y Brasil de un fútbol de mesa, sí, pero con fichas.

DEPORTE ORIGINAL

Si el partido semanal habla de intereses comunes, el filme toma de pretexto el deporte de mesa, para testimoniar los particulares lazos de la amistad.

Los directores Daniel Casabé y Edgardo Dieleke no pasan los treinta, también son amigos y saben lo que significa. Será por eso que lograron un espacio original y refrescante, donde se mezclan el pasado de los amigos, los dos periodistas, uno vinculado a la realidad de las corresponsalías en el exterior, el otro a la virtualidad del cine. Efímeros momentos de botones con personalidad, que pueden unir a dos seres en búsquedas interminables por ferias botoneras, o desasosiegos ante la desaparición de alguno de ellos, en el laberinto callejero.

FICCION Y REALIDAD

Película que logra mezclar, con criterio lúdico, ficción y realidad con llamativa fluidez. Y donde asoma, un desconocido Buenos Aires, capaz de albergar un Parque Retiro de faquires alucinados con pretensiones de rock o mujeres diminutas sobrevivientes de Hiroshima. Una Buenos Aires, que como bien dice Alfredo Serra remite a Raúl González Tuñon, el poeta y los melancólicos tranvías, o a las primeras películas de Alberto Fischerman y Edgardo Cozarinski.

"Cracks de nácar" permite acercarse a rasgos de carácter del argentino bohemio a través de sabrosas anécdotas, la picardía de Berruti saltando la barrera que prohibía el contacto del cronista, con los premiados por el Oscar en Hollywood, o la curiosidad y ternura de la relacin de Serra con la pequeña rusa del mítico tren Transiberiano. El documental de Daniel Casabé y Edgardo Dieleke registra todo eso y mucho más, a la vez que deja en claro, la originalidad de dos noveles directores.