Cowboys y Aliens

Crítica de Rodolfo Bella - La Capital

El honor vulnerado del Oeste

En una época en la que los rescates de héroes de historieta están en auge, Hollywood volvió a hurgar en los archivos del cómic y llevó a la pantalla grande una historieta de hace una década que tenía el germen de una idea original. Se trataba de aggiornar un clásico como el western, un desafío que no deja mucho margen de maniobra. La apuesta era interesante desde el momento que debían convivir mundos tan opuestos como el de una civilización avanzada, agresiva e invasora que generaría un conflicto inaudito en un mundo precario poblado por hombres con pólvora, arcos y flechas como único arma defensiva. Obviamente ese mundo a tracción a sangre debería ganar a puro coraje, determinación y camaradería la inevitable batalla que sobrevendría. Pero aunque el filme funciona sobre todo gracias a las actuaciones de Daniel Craig y Harrison Ford, la idea no termina de concretarse. El ex Indiana Jones es en este caso un desagradable ganadero y rígido ex oficial de la Independencia, más preocupado por la suerte de sus vacas que por los escándalos que protagoniza su hijo en el pueblo. Hasta ese desolado lugar que prometía riqueza a quienes se animaran a buscar oro llega un jinete luego de despertarse en el medio del desierto sin recordar nada de su pasado. El hombre termina preso pero se convierte en el único con el poder para combatir a los alliens. Y a partir de allí gana la pulseada la experiencia digital y un relato que merecía mejor destino.