Corte

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

La génesis desde este proyecto nace de lo puramente autorreferencial. Una historia personal a través de la cual Guadalupe Yepes, indaga en terrenos de ficción. Un proceso personal, tan interno y visceral, que se convierte en la síntesis de una obra fílmica, cuando crisis se escribe con mayúsculas. A la hora de canalizar el dulce caos, es natural del artista recurrir a las herramientas que tiene a mano: la escritura, la narración y la dirección son tres áreas en donde Guadalupe encuentra fértil terreno de exploración. En esta oportunidad, labores de guion, realización y producción nos hablan de una tarea múltiple por parte de la autora. Tres actos son anunciados en idéntica cantidad de encuentros que mantiene la (ex) pareja en la piel de Gilda Scarpetta y Alejandro Catalán, dos intérpretes de fuerte estirpe teatral; y es así como se nos induce en una historia que transita las distintas etapas de duelo -cinco en total- para ambos. El cine dentro del cine funciona aquí como gran ensayo, guion en bruto y gancho inagotable para estos seres atrapados en un círculo viciado. “Corte” es una experiencia narrada en tiempo real, en donde el ritmo emocional se acompasa al lenguaje audiovisual -notable elección estética en paleta de colores, movimientos de cámara- engrandeciéndose con la participación especial de los consagrados intérpretes Cristina Banegas y Luis Machín (la voz del psicoanálisis que busca comprender las neurosis). El descubrimiento de una infidelidad, la separación, la continuación del vínculo en otros términos y la contradicción entre dos deseos contrapuestos, fraccionan en instancias a la propuesta. El dilema vincular se presta al siempre bienvenido juego metatextual: observamos a una mujer dentro de su objeto retratado, sorteando los traumas propios del trance, rumbo a una superadora transformación. El vocablo del título se inscribe como necesidad impostergable remite a la drástica decisión a tomar sobre un síntoma que se repite, y reincide en el regreso a los mismos ciclos enfermizos. El daño que se alimenta, el modo incesante que lleva a transitar idénticos lugares oscuros, melancólicos… “Corte” adquiere forma y fondo. Yepes aborda el acto de transformación de sus criaturas, cuestionando posturas y decisiones, lo hace acercándose en primerísimo plano. El final del amor suele indicar que la horma no era digna de propios zapatos; el montaje sabrá compaginar los motivos acumulados de malos entendidos. Sanar para no volver a repetirnos.