Corralón

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Un filme que aparece como injustificado desde la génesis del mismo, dicho de otro modo, el guión, tal como se presenta, es un cúmulo de intentos de coartadas del relato que por incoherencias internas termina por injustificarse.
Lo mismo sucede desde la elección estética, la idea de lo acromático no aparece como demostrado en ningún momento, y esto es lógico pues depende claramente del guión técnico que es un desprendimiento del literario, y si éste ultimo falla, la estructura no se sostiene.
La historia se centra en dos repartidores de un corralón de materiales para la construcción, bien, metonimicamente el titulo no se resignifica nunca, sí es una metáfora, aunque es interpretable pues no esta bien explicitada.
Juan (Luciano Cáceres), un personaje taciturno, más cercano a la psicosis que al cinismo, que por momentos quiere hacerlo aparentar, cayendo en una degradación del coeficiente intelectual.
Ismael (Pablo Pinto) seria la antitesis, más limitado desde lo intelectual, sólo hace lo que hace con el fin de, alguna vez en la vida, poder satisfacer necesidades primordiales, su humor no es intelectivo, dado por la ausencia del mismo, es rayano y vulgar.
En una de esas recorridas cotidianas tienen un enfrentamiento con dos personajes de clase alta que están refaccionando su hogar, ese hecho marcará un quiebre en el relato y lo transforma en otra cosa, nada demasiado desarrollado, con las acciones tanto en el punto de quiebre como en el resto que contradicen a los que los personajes verbalizan, cuando en realidad la intención sería de apoyatura mutua.
La violencia cotidiana se hizo presente, y esa podría haber sido la variable de circulación del texto, pero no, derrapa para otro lugar.
El dúo protagónico es posiblemente lo único rescatable de la producción, las otras intervenciones no tienen la suficiente pantalla para establecer parámetros, todos cumplen, hasta Carlos Portaluppi, como el dueño del negocio, pero queda enredado en la superficialidad.
Un escalón más abajo, y también extrapolándolo de producto terminado, el diseño de sonido y su banda sonora son de buena factura.
A veces la previsibilidad de un filme deriva en aburrimiento, en este caso las contradicciones resultan en desinterés.