Contra lo imposible

Crítica de Jorge Bernárdez - Subjetiva

“Contra lo imposible”, de James Mangold
Por Jorge Bernárdez

En 1963 el gigante de la industria automotriz Ford se encontraba en problemas, no solamente porque no vendía la cantidad de autos suficientes sino porque su público había cambiado, bueno en realidad lo que había cambiado era el resto del mundo, su público se mantenía fiel pero los hijos de sus consumidores los baby boomers tenían otros gustos y otros valores. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y las industrias como la Ford Motor Company habían crecido, el mundo del capitalismo se afianzó y los valores del sueño americano se fortalecieron pero los sesenta también trajeron novedades y no precisamente buenas para el tradicional estilo de vida americano. Los jóvenes habían vuelto su mirada hacía Europa que comenzaba a despertarse de los años de ruina, comenzaba a pisar fuerte en las nuevas tendencias de la moda y en distintos rubros que no vienen al caso para esta crítica.

En el comienzo de Contra la imposible, Henry Ford II (Tracy Letts) se enfrenta a los trabajadores de la planta y los desafía a crear nuevos autos y a pensar formas de seducir al comprador americano. Lo que sigue es una charla de directorio en la que Lee Iacocca (Jon Benthalm), el famoso genio de los negocios y de la industria, que por esos días era una de la cabezas de Ford Motor, que le propone al director de la empresa una alianza inédita. El CEO le dice a Ford que cruce el océano y se reúna con Enzo Ferrari, el diseñador y fabricante italiano que necesitaba fondos para su empresa. Iacocca imaginaba una alianza entre ambas empresas, en donde a cambio de los dólares contantes y sonantes de la Ford, la empresa italiana insuflaría algo de prestigio y fama como innovadores. La reunión se llevó a cabo pero termina a las patadas. Ferrari usa a Ford para hacer entrar a la Fiat en la negociación. El resultado de ese intento fallido lejos de amedrentar al gigante americano, lo empuja a meterse en un mundo que no manejaba y es entonces que aparecen los protagonistas de esta historia: Carrol Shellby (Matt Damon) y Ken Miles (Christian Bale).

Carroll Shelby era un corredor que por algunos serios problemas de salud debe salir de las pistas y dedicarse al diseño de autos de carrera. El personaje es un independiente que con sus coches pone en jaque a las grandes empresas. Iacoca lo invita para subirlo a una empresa poco menos que imposible: crear un coche que fuera capaz de competir con los de Ferrari. El objetivo era correr en las famosas 24 Horas de Le Mans y ganar. Shelby acepta pero dice que hay un solo corredor con el que se puede hacer, su amigo Ken Miles. Lo de amigo es una manera de decir porque Miles es un obsesivo, que pese a ser una gran corredor esta fuera del negocio por intratable.

James Mangold logra con esta historia una película noble y clásica como pocas. Con personajes entregados a su obsesión que ponen en juego todo para lograr lo que buscan pero que también reflexionan sobre cuestiones como el honor o que cosas se consiguen con dinero y cuáles no. En un año de muy buenas películas y en las que se dabate que cosa es cine y que cosa no, Mangold, Demon y Bale nos traen una belleza que dan ganas de que termine nunca.

CONTRA LO IMPOSIBLE
Ford v Ferrari. Estados Unidos/Francia, 2019.
Dirección: James Mangold. Guión: Jez Butterworth, John-Henry Butterworth y Jason Keller. Elenco: Christian Bale, Matt Damon, Caitriona Balfe, Jon Bernthal, Tracy Letts, Josh Lucas, Noah Jupe, Remo Girone, Ray McKinnon, John Joseph Feild. Producción: James Mangold, Jenno Topping y Peter Chernin. Distribuidora: Fox. Duración: 152 minutos.