Contactos de cuarto tipo

Crítica de Marcelo Pavazza - Crítica Digital

Hasta los extraterrestres la devuelven

En el barrio, ante la idea de Contactos de cuarto tipo dirían que de dos cosas buenas hicieron una mala. Aunque, en este caso, es una afirmación exagerada, y es difícil dilucidar cuál de los elementos narrativos utilizados en el film serían la “cosa buena”. La película cuenta los sucesos que rodean a la Dra. Abigail Tyler (Milla Jovovich), una terapeuta de Nome, Alaska, cuyos pacientes comienzan a experimentar una patología que tiene que ver con una supuesta abducción extraterrestre. Un problema que termina sufriendo Tyler misma y para el que no encuentra explicación. Ni ella ni otro especialista, el Dr. Olmos, interpretado por el siempre sólido Elias Koteas.

El director Osunsanmi pretende darle una pátina de “cosa real” a todo el asunto, dividiendo la narración entre la pura ficción y supuestos videos en los que se ve a la verdadera Tyler contando su experiencia, además de otros donde se ve a sus pacientes (también verdaderos) sufriendo ante las terapias de hipnotismo a los que la doctora los somete y que en algún momento los lleva a cometer actos terribles. Pero lo cierto es que ese material de archivo es tan ficcional como lo pretendidamente “rehecho” con actores (si a esta altura el lector pensó que la película intenta ubicarse entre Actividad paranormal y El proyecto Blair Witch, acertó). El efecto que se busca superponiendo las imágenes truculentas de un video confuso –que convenientemente pierde la imagen cuando los elementos extraños (llámese presencia extraterrestre) aparecen– o las circunstancias que involucran a Abby, cruzadas con las dizque verdaderas, no sólo no asusta ni impacta, sino que desnuda el artificio de tal manera que produce un efecto inverso al buscado. Todo esto, sumado a la impericia de Osunsanmi (que aparece como el interrogador de la “verdadera” Tyler) para ni siquiera pegar dos planos correctamente, resultan en un cóctel fatal, aburrido e intrascendente.