Conspiración divina

Crítica de Francisco Mendes Moas - Cine Argentino Hoy

“Conspiración Divina” de Tarik Saleh. Crítica.
Intrigas y misterio hay en todos lados.
Francisco Mendes Moas Hace 6 horas 0 9
Tras un exitoso paso por los festivales de cine del mundo, llega a los cines de argentina “Conspiración Divina” de Tarik Saleh. En la edición 2022 de Cannes se consagró con el galardón a mejor guión. Se estrenó en una semana complicada entre películas de Marvel y otras de grandes directores argentinos, sin embargo se presenta como la que viene ocupar el lugar excéntrico en la cartelera.

Proveniente de una humilde familia de pescadores, Adam es becado y puede concurrir a la prestigiosa universidad de Al-Azhar de El Cairo. Epicentro del poder del islam. Apenas comenzadas sus clases el Gran Imán fallece, dejando acéfalo el centro de poder. Desde este punto se ve involucrado en una intrincada lucha de poder y codicia entre el gobierno y las altas esferas religiosas.

De manera inteligente, la película se encarga de enseñar al espectador el funcionamiento del universo islamico, sobre todo para los occidentales. Sin embargo una vez aprendidos, descubrimos que no se trata de una problemática que tenga que ver específicamente con la religión, sino con el poder. Y este pareciera tener la misma cualidad que las matemáticas, funciona igual en todo el mundo.

Maneja muy bien un concepto fundamental en este género de películas. La dinámica títere/titiritero pareciera no tener fin, llegando un punto en que no se sabe quién maneja los hilos de que. Como supieron hacer Hansel y Gretel, la narrativa deja las migajas para que el espectador las siga en su mente y se adelante a los hechos. Los cuales sorprenden desarrollándose de manera algo diferente a lo esperado.

“Conspiración Divina” de Tarik Saleh es una telaraña que captura la curiosidad del espectador rápidamente. No solo eso, sino que juega con las expectativas habilidosamente. Y si bien a priori podría parecer una película sobre la religión islámica y su relación con el poder, se puede extrapolar sin esfuerzo alguno a cualquier religión.