Con pecados concebidos

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

El baby boom croata

El realizador croata Vinko Bresan intenta, en esta comedia de humor asordinado, Con pecado concebidos, deslizar una crítica aguda a la institución Iglesia Católica en base a la posición radical frente a la anticoncepción en pos de una idea de carácter tradicional que procura la procreación a pesar de los deseos individuales y de las circunstancias particulares de cada caso.

El protagonista de esta historia es un cura en un pueblo de Croacia en el que la tasa de mortalidad es mucho más grande que la de natalidad. Para revertir esa ecuación negativa y hacerle frente al conflicto busca una solución drástica, la cual resulta un tanto cuestionable desde el punto de vista ético: confabular con los vendedores de preservativos, un kiosquero y un farmacéutico, para que el producto sea defectuoso al momento de utilizarlo.

Aunque eso no significa en un principio que todas las mujeres fértiles del pueblo queden embarazadas milagrosamente y que los hombres deban asumir paternidades forzadas por accidentes de dudosa naturaleza, las alteraciones en relación a las prácticas habituales entre lugareños no es la misma y tampoco las repercusiones mediáticas locales que fomentan, entre otras cosas, el turismo por las supuestas bondades de aquel lugar donde la propensión al embarazo es muy alta.

Las pequeñas situaciones que desarrolla el director en un tono relajado y que acercan su cine al de referentes tales como Aki Kaurismaki, Emir Kusturica -por citar los más obvios- apuntan por un lado a resaltar aspectos costumbristas con ciertos subrayados de ironía sobre los propios personajes, pero también a dejar visibles las lanzas que buscan la flaquezas de los argumentos reaccionarios, no sólo ante la diatriba concepción anti-concepción, sino que van más allá en relación al racismo por ejemplo o solapadamente sobre la hipocresía clerical ante la existencia de pedofilia.

Todo este cóctel mezclado con ternura por la historia más que por su trasfondo pseudo religioso o su carácter de fresco social, destaca a esta película croata de corte independiente como una propuesta válida no pasatista, que puede disfrutarse si es que se busca algo distinto en el menú de la empalagosa cartelera cinematográfica.