Con el diablo adentro

Crítica de Jonathan Plaza - Función Agotada

Mentime que me gusta

Paramount Pictures encontró en Actividad Paranormal una saga con un éxito que los tomó por sorpresa, como era de esperarse, después del estreno de Actividad Paranormal 3, la productora busca volver a tener el mismo éxito repitiendo la formula. Con el Diablo Adentro es otro de los exponentes de este nuevo sub-genero, ¿como denominarlo? ¿"Falso documental", "terror pseudo-neo-realista"? No lo sé, lo que está claro es que todo esto comenzó en 1972 de la mano de The Legend of Boggy Creek, pelicula de Charles B. Pierce sobre la leyenda de Pie Grande, y fue continuada por la violentísima y super gore Holocausto Caníbal en 1979, y reinventado en 1999 por The Blair Witch Project pero ¿Por qué en estos últimos años este subgenero ocupa el 80% de las películas de terror que llegan a los cines? Vivimos en una cultura que poco a poco se volcó cada vez más al voyeurismo, tenemos programas de televisión que nos muestran múltiples crímenes sin ninguna censura a través de cámaras de seguridad, programas de entretenimiento que nos muestran a personas "no haciendo nada" a través de cientos de cámaras, se suben a internet millones de videos amateurs por día, todo es grabado y reproducido, la cámara es nuestro nuevo ojo, sentimos que es necesario fotografiar o grabar un video sobre un lugar para asegurarnos a nosotros mismos que realmente estuvimos ahi y el cine obviamente no podía pasar mucho tiempo sin dejar de lado este fenómeno. Si nos ponen un cartel en la pantalla que dice "Basado en una historia real" y eso está acompañado por una baja calidad de imagen, cámara en mano y abuso de los zooms nos lo creemos todo. Estamos tan acostumbrados a ver a través de las cámaras que al ver esta clase de películas, sobre todo en el genero del terror, nos sentimos realmente dentro de la historia, vemos a través de una cámara fija a una puerta durante minutos y minutos en Actividad Paranormal sin que nada pase, esperando y cuando algo pasa lo sentimos tan real como si nuestra propia cámara lo hubiese tomado y las estrategias de marketing para que esto ocurra van cada vez más lejos llegando al escandaloso caso de La Cuarta Fase para la cual se crearon no sólo biografías falsas en diferentes portales si no que además se cambiaron las estadísticas del gobierno de Alaska sobre las desapariciones para darle mayor magnetismo a la historia.

En el fondo el espectador sabe que si hay sólo un camarógrafo no puede haber 12 planos desde diferentes lugares tomando lo mismo en un montaje perfecto y sabe que si esas cintas comprometieran toda la estructura del Vaticano o la política de los Estados Unidos respecto al fenómeno OVNI no accederíamos con tanta facilidad a ella pero lo deja pasar porque desea que lo engañen, desea creérselo, no me malinterpreten, sé que el cine se trata de creérselo, a lo que apunto es que estas películas gastan más dinero en marketing que en realización y eso se ve en los resultados, simplemente, venden humo.

Con el Diablo Adentro es justamente eso, tiene momentos que generan mucha tensión porque son contrastados con minutos y minutos en donde pasa poco, como es de esperar en este tipo de películas no hay ninguna intención narrativa ni de composición en los planos, ni tampoco un lazo argumental lo suficientemente sólido que la sustente, la película resulta más atractiva que las últimas entregas de Actividad Paranormal por haber sido estructurada como documental por lo que no se hace tan tediosa en cuanto a planos fijos prolongados y tiene buenos efectos pero después de terminar de verla deja sabor a poco, en pocas palabras, es más de lo mismo en un sub-género que no ha aportado mucho después de la gran REC.