Comunión con el diablo

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

El cineasta español Víctor García, formado en EEUU, hace su primer film local donde combina todos los elementos de terror sin más pretensión que entretener y darles satisfacción a los amantes del género, y de paso rendirle tributo a no pocos films que debe admirar. Básicamente en una historia ambientada en los 80 donde el mundo adulto confronta con la necesidad de sacudirse las estructuras sociales tradicionales, de parte de un grupo de jóvenes. Ambientada en un pequeño pueblo, de rígidas creencias, que posee, como corresponde, su propia leyenda de apariciones. En este caso se trata de una niña desaparecida en el día de su comunión, con sospecha de filicidio, que aparentemente quedó congelada en ese horroroso pasado, que repite constantemente. Busca compañeros de juego y es la desolada portadora de una maldición. Con temas sobre el autoritarismo, los abusos en la iglesia, el bullying, y los excesos, la trama avanza alegremente para asustar y por sobre todo sobresaltar con golpes de efectos de sonido y apariciones.