Cómplices

Crítica de Lucía Roitbarg - EscribiendoCine

Felices juntos los dos

El director Frédéric Mermoud se permite filmar un policial con una estructura poco tradicional, y donde los personajes se construyen más allá de la investigación en sí misma, quizás con una mayor sutileza, donde los sentimientos de los personajes son tan importantes como sus acciones.

El cuerpo de Vincent (Cyril Descours), un joven taxi boy, aparece tirado en el río con marcas de violencia. El caso es investigado por dos detectives: Herve Cagan (Gilbert Melki) y su compañero Karine Magine (Emmanuelle Devos) que intentarán resolver quién lo mató. A lo largo de la investigación se suman nuevos elementos y personas: Rebecca (Nina Meurisse), la novia de Vincent, Thomas, su proxeneta, y clientes del muchacho. Todos ellos se convertirán en los posibles asesinos. La historia de Vincent previa a su muerte corre paralela a la investigación policial, pues está narrada por sucesivos flashbacks que permiten al espectador conocer la verdad, más allá de lo que la policía sabe o investiga.

De acuerdo con lo expuesto, la estructura alternada de la investigación y la vida de Vincent es lo que permite crear el suspenso en la película. Las idas y vueltas del pasado al presente no solo que conforman una manera ágil y distinta de plantear una investigación policial sino que permite que el relato se diversifique con la historia de amor entre Vincent y Rebecca. La pureza e ingenuidad de su relación se contrapone al estilo de vida que lleva él, donde debe acostarse con hombres casados para conseguir una diferencia económica significativa. Rebecca se apiada de él y lo acompaña, y su forma de relacionarse va más allá de lo que hacen para vivir.

La película también focaliza en los dos detectives, en su soledad, en sus frustraciones, en la tristeza que los acompaña en cada trabajo. Esa manera de construir a los dos agentes ligados a la policía, tan humana, no tienen absolutamente nada que ver con los arquetipos que suelen verse en la pantalla grande. Por momentos juegan al pin pon, se ríen, hablan de sus miedos, son tan humanos como los jóvenes que tienen que investigar, sólo que vieron y vivieron mucho más. Estas características de los dos detectives, serán determinantes para el desarrollo de la trama.

El director no se excede en detalles morbosos, en situaciones violentas o en tramas policiales complicadas. No hay imágenes o informaciones que sobren o entorpezcan. Tiene los elementos justos para ser un thriller de calidad y original.