Como una novia sin sexo

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Tres amigos se van de campamento y la aparición de una chica sexy desata una oleada de pasiones que los arrastra hacia un camino de dolorosas búsquedas personales. El film de Lucas Santa Ana bucea con buenos recursos por los cambios que atraviesa la amistad con el paso del tiempo.

Un campamento cerca del mar es el lugar ideal para que tres jóvenes pasen sus vacaciones y reafirmen su relación en una experiencia única. Sin embargo, la "paz" del grupo se altera cuando entra en acción una chica que amenaza con romper los lazos que los unen. Con este comienzo, el director Lucas Santa Ana explora la vulnerabilidad de los vínculos en esta comedia que encamina a los personajes hacia situaciones que no pueden controlar.

Como una novia sin sexo cuenta con buenos recursos para construír su historia y se apoya en el trío protagónico -Javier De Pietro, el actor de Entre Ríos, todo lo que no dijimos; Agustín Pardilla y Marcos Ribas- que arrastra sus propios conflictos y los sumerge en el ojo de la tormenta. A ellos los acompaña el desparpajo de la muchacha de turno encarnada por Luana Pascua, la única que puede ver con claridad lo que allí ocurre.

Alejados de la ciudad pero cada vez más cerca de lo que cada uno siente, la película los enfrenta con sus prejuicios y lidiando con el deseo, atravesando los cambios que propone una juventud en crisis constante.

La película pone en juego el estigma de la culpa y las decisiones que tienen que tomar cada uno de ellos en los momentos menos pensados, todo potenciado por la música de Coiffeur que acompaña sus caminatas por la arena.

Bajo la protección de un bosque que también puede ser amenazante y una cámara casera que registra cada uno de sus movimientos, el film presenta una estructura cíclica y desarrolla la tensión sexual en un balneario frente al mar. Una mirada pintoresca, emocionante y alimentada por relaciones cruzadas y dolorosas. Y todo sucede en una carpa frente al mar.