Cómo ser soltera

Crítica de Cecilia Sanchez - La Voz del Interior

Solteras, pero con algo de apuro

La comedia romántica de Dakota Johnson y Rebel Wilson abunda en los lugares comunes del género aunque con escenas efectivas y graciosas.

"Esta historia no es sobre relaciones” dice para dar inicio el personaje de Dakota Johnson. Ella es Alice, una joven que decide separarse de su novio para aprender a vivir sola y conocerse a sí misma antes de sentar cabeza, casarse y tener hijos, es decir, antes de seguir con el plan impuesto. Sin embargo, la premisa es engañosa porque si bien el título de la película promete una guía de consejos sobre cómo aprovechar los encantos de una ciudad como Nueva York al modo Sex and the city, es decir, sin compromisos sentimentales, por momentos termina pareciendo una breviario sobre cómo sobrevivir soltera hasta encontrar una nueva pareja.

Entonces, una vez independizada de su chico, Alice canjea vínculo y estabilidad por fiesta y reviente cuando comienza a trabajar en un bufete de abogados en donde conoce a Robin (Rebel Wilson), lejos el personaje más efectivo, una recepcionista particular que tiene como filosofía ir del trabajo al after office y del after office al trabajo. Mientras tanto, se aloja con su hermana Meg, una obstetra exitosa de más de 40 que alterna entre el rechazo a los mandatos sociales o sucumbir al deseo personal de tener un hijo. De fondo, una serie de personajes secundarios que orbitan en el bar de Tom (Anders Holm) un seductor natural que funciona por momentos como válvula de escape y por otros como radiografía del humor masculino en clave sin obligaciones.

Así, en medio de entrecruzamientos amorosos, relaciones de una noche y comienzos prometedores, se desarrolla esta historia que tiene como protagonistas a una serie de jóvenes veinteañeros y treintañeros con la ciudad más glamorosa del mundo como escenario.

Basada en la novela escrita por Lizz Tuccillo, Cómo ser soltera no brinda nada nuevo al género de las comedias románticas femeninas nacidas en la era Paul Feig (Damas en guerra, Espías), más bien abunda en preconceptos vistos y oídos en otras oportunidades, pero no por ello deja de ser entretenida. Dirigida por el alemán Christian Ditter (Los imprevistos del amor) tiene escenas divertidas, buen ritmo y propone un termómetro liviano de las expectativas de las mujeres en la edad adulta y de los roles que les caben en la sociedad moderna y citadina. Eso sí: salvo por el personaje de Wilson, para el resto la soltería parece ser un estadio que se asocia automáticamente con la soledad, necesario en algunos momentos de la vida pero finalmente evitable si es posible.

Definitivamente, se trata de una cita recomendada para mujeres y en especial para ir con amigas y en grupo.