Cómo funcionan casi todas las cosas

Crítica de Roxana Garcia - Loco x el Cine

Presente en la competencia argentina de la última edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, Como funcionan casi todas las cosas es una película que te atrapa rápidamente y que te permite en pocos minutos sumergirte en la historia de su protagonista.

Celina (Verónica Gerez) es la joven protagonista de esta historia que trabaja en un peaje a punto de desaparecer, en un paisaje inhóspito de la provincia de San Juan. Su padre acaba de fallecer y su novio poco le importa. Su vida comienza a necesitar un cambio, un rumbo o un destino. Su madre la abandonó de chica para irse a vivir a Italia y ese puede ser un lindo punto de partida para que su sencilla existencia tome otro cauce.

Será dentro de una estructura narrativa peculiar que la historia va adquiriendo forma en la medida que su protagonista toma el toro por las astas y decidí afrontar su futuro. La venta de una enciclopedia de igual nombre que la película será esa metáfora que la hará descubrir más respuestas a las preguntas que ese libro tiene en sí. Y de eso se trata Como funcionan casi todas las cosas, en una interesante manera de narrar lo que no existe en ningún lado, en ningún libro. Esa especie de incertidumbre que debe Celina o cada uno de nosotros como seres humanos enfrentar en esto que se denomina vida: construir desde el desconocimiento, desde la experiencia, equivocarse para aprender y desconocer para descubrir. Nada de lo que está escrito nos pertenece porque nuestra historia se escribe en la medida que la transitamos y eso, es justamente, lo que la protagonista irá descubriendo a lo largo del filme.

Con un elenco que incluye nombres como Pilar Gamboa, Rafael Spregelburd, Marilú Marini, Miriam Odorico y Esteban Bigliardi. Sin dudas, el gran acierto – después de Gamboa – es Verónica Gerez que logra construir un personaje sereno, dócil y empático. Pero por sobre todo de una belleza cinematográfica poca veces vista, que se permite un primer plano, que nutre la pantalla y la armoniza.

Su director Fernando Salem acaba de ganar el Astor de Plata a mejor director por esta película dentro del festival de Mar del Plata, lugar donde la proyectó por primera vez. Una obra con un guión interesante por fuera de lo convencional, que nos permite a los espectadores sumarnos, involucrarnos y repreguntarnos sobre qué tanto conocimiento tenemos sobre esas pequeñas cosas que nos da cada día la vida.

Porque como dice Salem: “Desde que nacemos buscamos respuestas. Al principio nos las dan nuestros padres, después la religión, la escuela, la naturaleza, el horóscopo, el psicónalisis, la autoayuda. Hasta en las películas las buscamos. Pero no nos alcanzan y tenemos el impulso de buscar otras; nuestras propias respuestas. Porque en las enciclopedias que leímos no las encontramos. No están. Es la lucha de la lógica y la razón contra las cosas que nos pasan, el destino, el amor, la muerte, el azar y las cosas que no logramos entender. Hay cosas que no tienen explicación y no están mal. En definitiva todos cruzamos un desierto cargando pesadas enciclopedias incompletas”