Comer, rezar, amar

Crítica de Ricardo Luque - La Capital

Un manual de autoayuda.

Julia Roberts está de regreso. Después de ganar el Oscar, de ser mamá, de conquistar la taquilla aquí, allá y en todas partes. Su éxito la obliga a elegir bien. Y ella sabe cómo hacerlo. Por eso, para su reentrée en la pantalla grande, eligió un proyecto con “satisfacción garantizada”: la novela de Elizabeth Gilber “Comer, rezar, amar”, un best seller considerado por el New York Times como uno de los libros más influyentes del año. Una mujer recién separada se toma un año sabático para viajar a Italia, la India y Bali en busca de un sentido para su vida. Un manual de autoayuda novelado que, más allá del oficio del creador de “Glee”, Ryan Murphy, en la dirección, se reduce a un puñado de lugares comunes que todo aquel que ha atravesado el trance conoce. Ella es ella y su enorme y magnética sonrisa; él es Javier Bardem. El resto es amor.