Coco

Crítica de Mauro Jacobo - Cinélico

Viva México cab...

Pixar y Disney vuelven al ataque con una historia efectiva, oportunista y redonda por donde se la mire. "Coco" es la nueva apuesta de los estudios de animación para seguir enamorando a su público fiel. En esta ocasión el relato nos habla de Miguel, un niño mexicano con aspiraciones de ser un gran cantautor que recorra el mundo como lo hicieron otros de ese gran país musical. El problema que se presenta es que la familia de Miguel es anti música, la odia y la aborrece por la historia de despecho que sufrió la tatarabuela Imelda. Por esto es que su familia completa se dedica a la fabricación y ventas de zapatos.
En el mismísimo "Día de los Muertos", una fecha muy popular y sagrada en México, nuestro protagonista se escapa de su casa para anotarse en un concurso amateur de talento musical y a partir de ahí comienza la gran y colorida aventura de Miguel en el mundo de los muertos.
Lo primero que hay que reconocerle a Pixar y sobre todo a Disney, es que son expertos en el arte de la emotividad. Casi con 100 años de experiencia, la casa del ratón ha aprendido muy bien cómo contar historias, con una fórmula segura que no varía demasiado de film a film, es cierto, pero que no deja de ser efectiva en cuanto a lo que el espectador espera ver cuando va a disfrutar una de sus películas. Tenemos al protagonista diseñado pixel por pixel para ser adorable, al divertido y fiel compañero secundario que aporta los momentos de ridiculez personificados en el perro Dante, el despliegue espectacular de colores hermosamente combinados y por supuesto una historia de enseñanza que te da una caricia tibia al corazón. En este último recurso paro un poquito y aplaudo que durante la mayor parte del relato no se busque el golpe bajo emocional, aunque cuando llegan los últimos 10 minutos, no hay lagrimal que aguante semejante embestida al alma. Una secuencia de escenas que estrujan al espectador sin piedad. Cuando la vean entenderán de qué les hablo.
Por último quiero resaltar el oportunismo de esta historia, y ojo que no lo digo como algo negativo, sino como una buena lectura del humor social en los Estados Unidos. La historia no es de un niño norteamericano o inglés, sino que la aventura la tiene un niño mexicano que vive en México y con las costumbres e idiosincrasia mexicanas. Hay algunas carencias con respecto a esto, claro está, pero tampoco es para ponerse en gil y criticar que se americanicen un poquito algunos aspectos. Después de todo los que están haciendo el film son estadounidenses. Esta película llega durante la presidencia de uno de los más acérrimos combatientes de la migración en el país del norte, que hasta prometió hacer un muro que separe a Estados Unidos de los "bandidos" mexicanos. Aplausos para los estudios en este sentido.
Una historia efectista, de fórmula, que se las ingenia para seguir vigente y para que los espectadores sigamos disfrutando del mundo mágico que nos propone Disney.