C'mon c'mon: Siempre adelante

Crítica de Patricia Pritzker - Chapeau Argentina

Escrita y dirigida por Mike Mills, "C'mon C'mon" invita, con suma sensibilidad, a la reflexión. Johnny (Joaquin Phoenix) visita a su hermana Viv (Gaby Hoffmann) en Los Angeles luego de un tiempo distanciados tras la muerte de su madre (Deborah Strang). Su trabajo es documentar mediante entrevistas a niños y pre-adolescentes quienes expresan sus pensamientos y sentimientos sobre el futuro. Se va acabando el tiempo de su estadía y Paul (Scoot McNairy), el padre de su sobrino Jesse (Woody Norman) sufre una recaída en su enfermedad y Viv le pide a su hermano que se haga cargo del enérgico niño por un tiempo, por lo que ambos emprenden un viaje a Nueva York. Durante esos días Johnny descubrirá en Jesse, de 9 años, una personalidad inteligente e imaginativa que lo sorprende y lo hace transitar una relación paternal con todo lo que esto implica, altos y bajos. El film, rodado en blanco y negro, (la excelente fotografía es de Robbie Ryan) es de una belleza extraordinaria, desde la alocada L.A. hasta N.Y y New Orleans, adonde finalmente llegan, por cuestiones laborales. Pero su belleza no se limita a las ciudades que se muestran. Lo extraordinario es la construcción de la relación tío-sobrino, que pasan, del casi desconocimiento a la ternura absoluta. Jesse es una caja de sorpresas, con inagotable curiosidad, sus preguntas y respuestas, son sorprendentes. En Johnny se despierta la necesidad de proteger, educar y acompañar. Las actuaciones del trío principal (Phoenix, Hoffmann y Norman) son de una naturalidad deslumbrante. Puro disfrute, que invita a verla otra vez.