Cloud Atlas: La red invisible

Crítica de Shaoran Nox - La Cinerata

No sé si les ha pasado a ustedes, pero generalmente, cuando no alcanzamos a comprender algo en toda su magnitud, siempre tenemos la tendencia a tacharlo de "feo". O por lo menos, decimos que es algo tan raro, que sólo puede ser apreciado por aquellos que son sus dueños (hablando de una cosa). Lo que sí es cierto es que, más allá de tratar de encontrarle un sentido a todas las cosas, a veces simplemente nos dejamos llevar por la primera impresión y nos hacemos a un lado para evitar conflictos con algo a lo que preferimos no darle vueltas ni tratar de entender a aquellos quienes tuvieron la idea y la audacia de hacer algo diferente ("ponerse en los zapatos del otro", le dicen).

Cloud Atlas es, desafortunadamente, una película que cae en esa zona. Es una película muy diferente, "ambiciosa" y "enredada". Siendo sinceros, necesitaríamos que alguien que supiera de procesos de edición en videos, nos ayudara partiendo las casi 3 horas que dura la cinta en las 6 historias que se cuentan, las acomodara en orden cronológico, y entonces sí, pudieramos disfrutar de esas 6 narraciones, como si de una miniserie se tratara, y después, tratar de encontrarles un mejor sentido, encontrar las conexiones que hay entre ellas y, finalmente, decidir si ha valido la pena el tiempo perdido y si podemos encontrar el supuesto mensaje de que "todo está conectado" que quisieron transmitirnos los hermanos Wachowski con su nueva propuesta filosófica que injustamente ha sido relegada en las recientes nominaciones a los premios oscar (por lo menos a mejor maquillaje, mejores efectos y mejor banda sonora).

Ahora bien. Todo este "experimento" que hacen Lana y Andy, proviene de un libro homónimo, Cloud Atlas, de David Mitchell. Y en realidad, cualquier tipo de filosofía siempre se entenderá mejor (suponiendo que la filosofía en verdad se entienda) en un libro que en una película, puesto que son más palabras que imágenes; se sirve más de la lógica que de la imaginación.

Pero si hiciéramos lo mencionado anteriormente, Cloud Atlas no tendría el mismo impacto.

Pondremos las cosas sencillas: A viaja en un barco mientras escribe un diario. B lee el diario de A mientras aprende de un maestro de música y compone una pieza musical (hermosa por cierto) que C escucha. C conoce a la pareja de B mientras quiere descubrir la verdad detrás de un proyecto en el que D está involucrado. La vida de D se transforma en una película que E mira. Mientras que F venera a E como una diosa en un futuro apocalíptico por el que E lucha. ¿Le entendieron? Pues es básicamente la historia de este filme, que va entrelazando una historia con otra, brincando del pasado al futuro y viceversa, mientras notamos los principios básicos de la filosofía de la reencarnación: Hay vida después de la muerte, y nuestro espíritu perdura, renaciendo una y otra vez, pero conservando la misma esencia, sólo cambiando de nombre, de lugar y de tiempo. Y con ello, todas las acciones que se lleven a cabo y todas las decisiones que se tomen, influyen en nosotros mismos y en los demás, como un efecto mariposa. Y estoy tratando de simplificar algo que sí es muy complicado, pero, ¿Acaso la vida no es complicada por sí misma?.

Cloud Atlas es sublime. Es una obra de arte incomprendida. Es un ejercicio ambicioso y enredado, cierto, pero tan arriesgado que uno agradece que hayan cuidado tantos detalles, que se haya puesto tanto esmero en adaptar a la pantalla grande algo que en verdad vale la pena intentar desenredar e intentar hacer que la gente piense en medio de tantos blockbusters huecos y sin sentido. Y créanme cuando les digo que la película no es para quien busca entretenerse o para quien quiere verla por curiosidad. Deben estar dispuestos a enfocarse al 100%, a concentrarse, a liberarse de los problemas cotidianos y buscar un significado más profundo no sólo en la película, sino en su existencia misma. Cloud Atlas no es para todos, es para aquellos dispuestos a abrirse a nuevas ideas, a reflexionar,a profundizar y a disfrutar la vida misma entendiendo cada detalle como un conjunto de un todo, como piezas importantes en el universo, ese maravilloso universo que los hermanos Wachowski han intentado darnos a pesar de todas las críticas.