Claudia

Crítica de Gimena Meilinger - Sin Subtítulos

Estrenada en la edición 21° de BAFICI, la nueva obra de Sebastián De Caro es una apuesta arriesgada, de parte de un apasionado cinéfilo. Comienza la película con Lali Espósito interpretando, de manera más que sexy, un número musical sobre el escenario. Esto no tiene nada que ver con el resto de la historia, a no ser por el detalle de la letra de la canción que repite el vocablo “papá” hasta el cansancio. Pero tampoco. Luego aparece la voz en off de Dolores Fonzi, presentando su propio personaje, que a partir de ahí será cada vez más inverosímil, pero llamativo a la vez.
Claudia (Fonzi) es una wedding planner atravesada por el orden y los esquemas hasta en su propia intimidad. Eso hace que, tras la muerte de su padre, la boda que organiza se convierta en un desastre. Obsesiva y súper organizada, quizás el papel parece un poco forzado para la protagonista, pero nada es natural en la película. Ella se pasa toda la fiesta lidiando con la novia confundida (Paula Baldini), el novio desinteresado (Julián Kartún), los primos (Gastón Cocchiarale y Julieta Cayetina) y un enigmático suegro (Jorge Prado). Claudia cuenta con la ayuda de Pere (Laura Paredes), que también le sirve de apoyo psicológico cuando se le desbordan las situaciones. Todos quedan sobreactuados, es que todo es exagerado en la narración.
El argumento no llega a convencer. No pasa a mayores de lo descripto en el párrafo anterior. Momentos hilarantes y trágicos, almodovarianos, sin mucha más razón que la que el propio director le haya dado a esta comedia negra de enredos. El vestuario tipo azafata pop a lo warhol, su peinado y maquillaje, el maletín especialmente diseñado según el deseo de De Caro, favorecen a la belleza de la película. Así como la mansión que hace de salón de eventos. No hay que dejar de mencionar que la película confunde. Mientras suceden los minutos, no se sabe si es buena o mala, divertida o aburrida, cómica o trágica. El sinsentido se disfruta. Uno se ríe con los desopilantes acontecimientos. Además de las muchas referencias cinematográficas que permiten disfrutar más aun al espectador cinéfilo de pura cepa.