Ciudades de papel

Crítica de María Gabriela Losino - Cine y más...

“Todo el mundo recibe un milagro. El mío era Margo Spiegelman”, dice convencido el protagonista absoluto de la adaptación cinematográfica de la novela homónima de John Green, escritor especializado en el género “Young Adult” y responsable de la exitosa “Bajo la Misma Estrella”, libro que tuvo su versión en cines en 2014.

En la entretenida “Ciudades de Papel”, dirigida por Jake Schreier (“Un Amigo para Frank”), los espectadores somos testigos de la experiencia de vida y de maduración de Quentin (Nat Wolff vuelve a estar en una historia de Green), quien desde pequeño quedó maravillado por su enigmática e intrépida vecina Margo. Este personaje, interpretado bastante bien por la modelo británica Cara Delevigne aparece muy poco en pantalla.

Narrada en primera persona, desde el punto de vista de Q, la película nos introduce en la historia de estos dos amigos de la infancia que un día, por esas cosas de la vida, tomaron sus respectivos rumbos y dejaron de hablarse. Ella se convirtió en la chica más popular de la escuela mientras que él continuó siendo la persona que siempre fue: un muchacho común y corriente que, transitando su último año de la secundaria, se enfocó en sus estudios y exámenes pre-universitarios para convertirse en médico.

Sin embargo, una noche todo cambia. La compleja Margo, inesperadamente, se le aparece en su ventana vestida de ninja (no literalmente claro) para que la ayude a llevar a cabo un plan de venganza (compuesto por bromas descabelladas) hacia las personas que le hicieron daño; entre ellos el novio que la engañó. Al día siguiente, la chica a la que le gustaban tanto los misterios, termina convirtiéndose en uno tras desaparecer de la faz de la Tierra. Esta vez, aparentemente para no volver jamás (no era la primera vez que se escapaba).

Quentin, quien pensó que esta aventura los había reconectado, se ve obligado a descifrar qué es lo que le sucedió, ya que está convencido de que se está escondiendo en algún lugar y que le dejó pistas para encontrarla. En esta búsqueda, está acompañado por sus inseparables amigos nerds, Ben (Austin Abrams) y Radar (Jesse Smith), a quienes se suman la novia de este último, Angela (Jaz Sinclair) y la amiga de Margo, Lacey (Halston Sage).

A través de un viaje en auto, el quinteto intentará resolver el misterioso paradero hasta llegar a alguna de las “ciudades de papel” (para quienes no hayan leído el libro no revelaré el significado literal y metafórico de esta frase) en las que puede que esté esperando, o no, a Quentin.

Aunque puede parecer una película bastante ligera (para mí “Bajo la Misma Estrella” fue mucho más que ésta), su contenido es profundo y hace hincapié en esa costumbre que tenemos muchos y es la de idealizar a la gente, de imaginarnos que es de una manera como nosotros queremos. A veces, las primeras impresiones son más complejas de lo que parecen.

A veces hay que perderse para volver a encontrarse. Un modesto drama/road movie adolescente/coming- of- age sobre el significado de la amistad y el arriesgarse más en la vida.