Ciudades de papel

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Finalizada la proyección se podría pensar, “por fin una película romántica adolescente que rompe con los cánones establecidos por la catarata de productos iguales”, claro que mantiene con claridad la primaria intención económica, que termina “envolviendo” a los adolescentes yankees promedios y, por invasión publicitaria, a los de otros lugares del planeta.

Pero en realidad sería sólo una fantasía, más cercana a la falacia que a otra cosa, pues toda su estructura, su construcción, es en realidad un catalogo de lugares comunes, agregándole el insoportable recurso de la voz en off del protagonista, establecida desde un principio.

Durante el desarrollo va dando información que parecen engaños, pero que terminan por ser mentiras con las que se embauca al espectador, el primero de todos instalado como pseudo filosofía de parque de diversiones, es que todos en la vida tenemos la posibilidad de ser protagonistas de un milagro. Por supuesto, estar vivo es un milagro, “La vida es un milagro” (2005) película de Emir Kusturica. Pero la realización que nos ocupa, de Jack Schreier. no tiene nada que ver.

Quentin Jacobsen, (Nat Wolff) es un joven que responde al sobrenombre de “Q”, desde que la conoció, ha pasado toda su vida amando en secreto, desde la distancia, aunque fueran vecinos, a la intrigante Margo Roth Spiegelman (Cara Delevigne). Claro que la infancia se termina y los caminos parecen separados. Ella empieza a ser para él un misterio, tanto como los que le apasionaban a la niña hasta convertirla en esa.

Cuando finalizando sus estudios medios, ya en plena adolescencia, con tan sólo 18 años, ella irrumpe nuevamente en la vida y los sueños de “Q”, literalmente, ya que una noche entra por la ventana de su dormitorio y le pide que los ayude en concretar una venganza para con quien ella cree la han lastimado. Es la noche que “Q” se siente a pleno, pero a la mañana siguiente se despliega el enigma de Margo, y su desaparición un misterio.

“Q” descubre pistas, supone dedicadas a él, forzándolo a buscarla, transitando por un sinuoso camino sin enlace a nada. Cuanto más cree acercarse, más lejos está de la idea que se había pergeñado de ella.

El problema principal de la producción, más allá de que la sorpresa no termina siendo tal, es el cómo está contada, un gran cliché desde los personajes principales, hasta los amigos sacados del manual de guión básico, todo es del orden de la generalización, a punto tal que la razón del titulo del filme es explicado por un personaje, como para que la única posible metáfora se desvanezca instantáneamente,

Tampoco ayuda demasiado que la fotografía sea inocua, no genera nada; lo de misterio queda en el pensamiento establecido del personaje con la voz en off; la música sacada de un catalogo de melodías para ascensor. Así de empalagoso todo.

Los actores hacen lo que pueden con lo que les toco en suerte, habrá que darles otra oportunidad.

La obra fílmica se basa en la novela de John Green, un icono, todo un autor exponente de literatura para jóvenes adolescente, productor de best sellers, por lo cual el filme viene a ratificar que eso no significa nada.