Cine de pueblo, una historia itinerante

Crítica de Silvina Rival - Subjetiva

Se estrena el 17 de agosto en Cine.Ar

Aun año del fallecimiento del director y maestro José Martínez Suárez, se reestrena este documental, originalmente proyectado en 2015 en el marco del 17º BAFICI, y que gira en torno a una de las figuras emblemáticas del cine argentino.

En la primera escena vemos un fragmento de Noches sin lunas ni soles (1984) de Martínez Suárez, donde Ana (Luisina Brando) le propone a Cairo (Alberto de Mendoza) huir a Villa Cañás. Es evidente que si los personajes hubieran hecho esto, la película hubiera evadido su desenlace y, por tanto, al género policial. Esta posta es la que toma Hermida para realizar este homenaje a quien fuera su maestro filmando el documental enteramente en Villa Cañás, ciudad que vio crecer al realizador, así como a sus hermanas, las famosas Legrand.

Pero la apuesta de Cine de pueblo es mayor ya que no se trata solamente de gestar un documental que abre y cierra sobre la figura de Martínez Suárez. En principio, el objetivo pareciera ser doble. Por un lado, registrar el proyecto itinerante de llevar el cine a los pueblos que han visto cerradas sus salas cinematográficas; tal es el caso de Villa Cañás y su cine “Dante”. Por otro lado, registrando ese proyecto, se traza un viaje al pasado que emprende el mismo Martínez Suárez al volver a su ciudad de la infancia acompañado de otros directores como Mario Sábato, Christian Bernard y Hermida. Claro que un objetivo implica al otro. Pero se entiende que estos objetivos iniciales, muy bien logrados, son superados en los resultados finales. Al registrar esa interacción entre Martínez Suárez y las nuevas y viejas generaciones de Villa Cañás, al escuchar muchas de las afirmaciones del director sobre lo que implica el trabajo de un cineasta, de lo que debería ser o no el cine, al enfrentar al espectador con las imágenes de archivo que se articulan con el presente del documental -la mayor parte de ellas, escenas de las películas de Martínez Suárez-, el resultado es un homenaje al cine en todas sus dimensiones. No en vano, el veterano realizador cita a Tolstoi: “Si quieres ser universal, habla de tu aldea”.

Lo cierto es que hubiera resultado muy difícil hacer un homenaje a Martínez Suárez sin hacer indirectamente un homenaje a la historia del cine. En Dar la cara (1962) ya había realizado una dura crítica al cine comercial y es sabido que Los muchachos de antes no usaban arsénico (1976) es un homenaje a Sunset Boulevar (1950), la película de Billy Wilder que ya de por sí es una celebración a lo que fuera el cine mudo y el primer star system. Por lo tanto, el documental de Hermida induce esa lógica de alusión dentro de otra, que a su vez se encuentra dentro de otra. Esta dimensión, que desde la perspectiva de esta cronista es la más hermosa del film, no está contemplada enteramente en su título el cual responde solamente a los propósitos del proyecto de cine itinerante de este grupo de directores. Como sea, voluntariamente o no, este breve documental no es de pueblos ni de aldeas, gira alrededor de una figura que retorna y en ese flashback -porque volver espacialmente al origen también es un flashback en el tiempo- encuentra lo grande, lo colectivo, el cine como máquina de argumentos que no tiene fronteras.

Tal vez, tenga una impronta un tanto melancólica, pero así y todo Martínez Suárez no obtura del todo la mirada al futuro. En una de las entrevistas finales que le realizan alumnas de una escuela primaria de la localidad, señala: “No creo que todo tiempo pasado haya sido mejor. Decimos que todo tiempo pasado fue mejor porque la memoria es selectiva. Pero creo que nuestro futuro se ve… peligroso”. Frente a esto, Mario Sábato repregunta (o reafirma) como si él también estuviera siendo entrevistado o como si quisiera ayudar a su maestro a encontrar la palabra exacta: “¿amenazador?”. Los directores hablan de la vida, de los intereses de las nuevas generaciones, pero como es difícil, cuando se trata de Martínez Suárez, escindir cine y vida, cabe la pregunta para ambas dimensiones. Mientras tanto, el grupo itinerante apuesta a seguir adelante, eligiendo los cortos de Pixar para la reapertura del cine Dante en Villa Cañás.

CINE DE PUEBLO, UNA HISTORIA ITINERANTE
Cine de pueblo, una historia itinerante. Argentina, 2015.
Dirección: Sebastián Hermida. Edición: Karina Kracoff. Sonido: Santiago Rodriguez. Música: Pablo Borghi. Colorista: Osvaldo Ponce. Una producción de Hermida Movies.