Cinco minutos de gloria

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Verdad y ¿reconciliación?

Este inquietante film dramático de Oliver Hirschbiegel (La caída) tiene dos partes bien diferenciadas. Los primeros veinte minutos ponen el acento en un crimen perpetrado en Irlanda del Norte 1975 y luego la acción pasa a la actualidad.

Alistar Little, un joven de 17 años como cualquier otro, tiene un poster de Bruce Lee en su habitación y también un arma para cometer un crimen. Es el líder de una célula revolucionaria que quiere derramar sangre. La víctima es un muchacho católico al que dispara varias veces y ante la mirada de un testigo involuntario: Joe Griffin, el pequeño hermano del chico asesinado. Ese instante cambiará la vida de dos hombres para siempre.

El director sigue obsesionado en contar cómo los hechos del pasado repercuten inexorablemente en un presente incierto, cargado de dudas, dolorosos recuerdos y también ansias de venganza.

La película propone el reencuentro del asesino y del hermano de la víctima treinta y tres años después en un show televisivo en el que lo único que importa es la espectacularidad y el suspenso que tiene que generar la entrevista entre estos dos personajes separados por una muerte. Pero Joe Griffin tiene otros planes en mente.

Con este planteo, el realizador opta por un clima en el que los diálogos y los preparativos conducen -con algún tropiezo- al choque final y generan dudas en el espectador: ¿Se amigarán?, ¿El asesino le pedirá perdón ante las cámaras? o ¿Joe Griffin cometerá otro crimen para vengar la muerte de su hermano?.

El film acierta en la pintura de los años setenta de los primeros minutos ambientados en Irlanda del Norte, para acrecentar luego el momento de cruce entre ambos personajes. Mientras Alistar monologa cómodamente con la cámara, Joe se vuelve molesto cuando lo obligan a repetir una toma triunfal, su descenso por la escalera "al mismísimo infierno".

Sin dudas, el fuerte está puesto en las actuaciones de la dulpla protagónica: Liam Neeson, como el criminal que no puede librarse de la culpa y, James Nesbitt, como el hombre que planifica su venganza y quiere sus "cinco minutos de gloria".