Ciegos

Crítica de Alejandro Lingenti - La Nación

La relación íntima e intensa entre un padre y un hijo es la base de apoyo de esta película entrañable en la que Marcelo Subiotto se luce interpretando a un no vidente y Benicio Mutti Spinetta sorprende con un aplomo y una sensibilidad infrecuentes para un joven de apenas 15 años sin ninguna experiencia actoral previa.

Ciegos es una película de viajes: hacia un lugar alejado del ritmo frenético de la ciudad, hacia una infancia remota que merece ser reconstruida y hacia una juventud que empieza a asomar con sus crisis, sus titubeos y sus descubrimientos.

En su primer largo de ficción, Fernando Zuber trabaja con mucha solvencia el clima de una historia que camina por terrenos conocidos, pero igual impone su particular impronta con la seguridad de un cineasta que tiene claros sus objetivos.