Chloe

Crítica de María Paula Rios - CineramaPlus+

Chloe es la obra más predecible y lineal de Egoyan

Chloe, es la última realización del director armenio-canadiense Atom Egoyan. La película sería como una reinterpretación de otra anterior, específicamente de Nathalie X (2003), de origen francés y dirigida por Anne Fontaine. Esta contaba con un estupendo reparto en el que se destacan Fanny Ardant, Emmanuelle Béart y Gérard Depardieu. Esta nueva versión, que posee sus buenas variaciones argumentales, también tiene intérpretes sólidos y de renombre, como Jualianne Moore y Liam Neeson.

Básicamente la historia auscultara los recodos de un potencial triangulo amoroso. Catherine y David son una matrimonio maduro con una posición económica exitosa, el es músico devenido en profesor universitario y ella ginecóloga. Parecen estar atravesando una crisis, se ven poco y su vida sexual es casi inexistente. Tras sospechas de Catherine, sobre posibles infidelidades de su marido, decide contratar a una hermosa y joven call girl, Chloe, para que seduzca a David y ver como él reacciona. Juego que resultará un tanto peligroso e imprevisible.

Egoyan suele tener en sus films estructuras narrativas enigmáticas. En gran parte de Chloe, se componen ambientes sumamente tensos dentro de la propia cotidianidad. El momento emocional de Catherine es muy sugestivo, parece estar poseída por una energía extraña que la lleva a manifestar estados introspectivos, pero poniendo el cuerpo, experimentando. Su cine suele ser incitante y siempre dotan de sentido piezas específicas, en este caso será la horquilla para el pelo que le deja Chloe a Catherine.

Es cierto que hay giros en la historia, especialmente los relacionados al comportamiento de los personajes, pero algunos resultan demasiado forzados, como elementos aislados que no responden a un dinamismo interno coherente. Y el final me dejó una sensación ambigua, por un lado resulta ideológicamente oscuro, complaciente y tranquilizador, pero por otro lado el cierre circular, y con el plano detalle final, deja la puerta abierta para más de una interpretación.

Creo que el film no logra la tonicidad adecuada ya que los conflictos desenterrados no alcanzan ese dramatismo que parece querer expresar y también porque el personaje de Chloe (la blonda Amanda Seyfried) está un tanto desdibujado y queda opacado al lado del de Catherine. En fin, Chloe termina siendo la obra más predecible y lineal de este consolidado director.