Chloe

Crítica de María Eugenia D'Alessio - A Sala Llena

Catherine siente que la edad empieza a jugarle en contra y ya ni siquiera puede seducir a su propio esposo. Su autoestima desciende a pasos agigantados, contrariamente a lo que pasa con su vida profesional, en la que se desenvuelve segura y con pasos firmes. David, su marido, se deja absorber por una carrera que le insume tiempo y viajes, lo que hace más grande la distancia que va separándolo de su esposa. Entre ellos Chloe, una bellísima y delicada joven prostituta. Se genera así un triángulo que incluye pasión, drama, erotismo y un no tan incierto final.

Julianne Moore (Las Horas, Lejos del Cielo, entre otras) interpreta magníficamente a Catherine, una ginecóloga en plena crisis que desconfía de la fidelidad de su esposo (no sin motivos) y está dispuesta a cualquier cosa para comprobar su hipótesis. Es una mujer fría y calculadora que vive (literalmente) en una caja de cristal. Su enorme casa circundada por inmensos ventanales de vidrio se ve vacía y poco cálida, tal como está su interior. Catherine mira hacia afuera a través de sus transparentes paredes; sin embargo, esta costumbre no deja que sus ojos distingan entre lo que realmente ocurre y lo que cree que pasa, presa de su pobre auto percepción. Chloe (Amanda Seyfred, protagonista de la reciente Cartas a Julieta) se siente sola y busca alguien que pueda entenderla y contenerla verdaderamente. Ambas mujeres se cruzan y entre ellas surge una relación que va cambiando a medida que avanza la historia. Lo que en un principio es negocio se convierte en obsesión para una y en pesadilla para la otra. Tanto que el lazo implica a toda la familia de Catherine, de la manera menos pensada. David, el esposo de Catherine y que personifica Liam Neeson (quien protagoniza La Lista de Schindler, Brigada A, Cinco Minutos de Gloria, entre muchas otras) es un hombre bastante maduro que no entiende lo que ocurre a su mujer y cae también en la desconfianza. Entre ambos la rutina y las presiones generaron una profunda incomunicación que ganó terreno, echando por tierra la pasión que los unía al principio. Por eso, y convencida de que David ya no siente lo mismo por ella, Catherine acude a los servicios de Chloe para que lo seduzca; así comprobaría que a su esposo le gustan más las mujeres jóvenes y por eso ya no repara en ella. Pero de a poco los relatos de la prostituta despiertan sentimientos y sensaciones que la doctora tenía olvidados. De pronto los tabúes que impedían a la mujer sentir y experimentar dan paso al deseo y erotismo.

Moore se luce en una interpretación impecable en la que deja surgir desde adentro lo que se ve en sus expresiones, sus poses, gestos y se transmite incluso en su voz y hasta en su respiración. El trabajo de Neeson es destacable también; es un hombre que parece esconder su verdad todo el tiempo, pero sin embargo sus gestos demostrativos hacia la esposa son convincentes. Seyfred se luce en un papel que al principio parece transparente y hasta inocente; mas luego se transforma y deja traslucir a una mujer tan seductora como peligrosa.

El film, cuya historia transcurre en la fría Toronto, es un drama que ahonda en la psicología de los personajes; la trama deja al descubierto los miedos a los que este matrimonio de muchos años debe enfrentar cuando la vida cotidiana asfixia y el tiempo deja sus marcas en el cuerpo.