CHIPS: Patrulla motorizada recargada

Crítica de Mariano Patrucco - El Lado G

CHIPS se cuelga de la nostalgia de la serie original para hacer una comedia genérica y bastante tonta que apela a un público adolescente que aún se ríe ante situaciones sexuales o escenas de desnudos.

Aquellos que hayan crecido entre finales de la década el 70′ y principios de los 80′ recordarán con cariño a la célebre serie de televisión CHiPs. El show contó la historia de una pareja de policías motorizados miembros de la Patrulla de Caminos de California (CHP). Ellos eran Jon Baker (Larry Wilcox) y Francis Llewelyn Poncherello (Erik Estrada), más conocido como Ponch. La serie no era una maravilla, pero se ganó a su público a lo largo de sus 6 temporadas y más de 130 episodios con su mezcla de trama policial, comedia ligera, protagonistas carismáticos y constantes persecuciones en moto por las autopistas de California.

La nueva CHIPS (ya tuvo una película para tv en 1999) se inscribe en la larga tradición de Hollywood de tomar una propiedad antigua y conocida de probado éxito para hacer una película que nada tiene que ver con la original más allá del título, los nombres de los personajes y alguna situación puntual o cameo (para nombrar solo unos ejemplos están Dukes of Hazzard, Green Hornet y próximamente Baywatch).

Jon Baker (Dax Shepard) es una leyenda retirada del motociclismo extremo después de terribles lesiones que se enlista en la Patrulla Motorizada para revivir sus días de gloria y salvar su frío y distante matrimonio. Poncherello (Michael Peña) es un agente del FBI que debe infiltrarse en la fuerza para desbaratar una banda de ladrones autores de varios golpes millonarios, aparentemente integrada por policías corruptos.

CHIPS es una comedia bastante floja que apela al lenguaje obsceno y las situaciones sexuales o incómodas para maquillar su incapacidad de articular una buena broma o un efectivo gag. Shepard encarna a un personaje tan inocente y torpe que excede lo ridículo, mientras que Peña cumple en el rol de un agente más experimentado y con pocas pulgas.

El villano de la película apenas tiene peso en la trama y se siente completamente desaprovechado (un pecado hacer tan mala utilización de un actor como Vincent D’Onofrio), mientras que algunos personajes secundarios hacen bastante bien su labor de acompañar a la pareja protagonista como la oficial Ava Perez (Rosa Salazar).

CHIPS termina siendo una comedia bastante tonta y repetitiva que a duras penas logra capturar el espíritu de la serie original y cuenta con una historia tan mala que hace que los episodios más flojos de la versión televisiva se vean bien en comparación.