Chávez infinito

Crítica de Rocío Belén Rivera - Fancinema

REALIDAD, MITO Y POPULISMO: LA FIGURA DE HUGO CHAVEZ FRIAS

Desde hace unos años a esta parte han surgido en Latinoamérica figuras políticas que podrían ser tildadas de populares, que han levantado polvareda arrasando con la idea de “una política en manos de unos pocos” y permitiendo el retorno del viejo -y original- sentido de la palabra política: del griego politikós, que significa “lo relacionado con y para los ciudadanos”. Dentro de estas figuras latinoamericanas podríamos nombrar a Evo Morales, Néstor Kirchner, José Mujica, Rafael Correa, entre otros, pero se destaca como pionero e iniciador de este movimiento progresista en la política del cono sur del continente a Hugo Chávez Frías. Y de esto se trata el documental Chávez infinito, estrenado el 5 de marzo en Venezuela por la cadena Telesur y que ahora llega a la Argentina. Hay que destacar que la directora del film es Argentina, de gran formación académica y práctica habiéndose recibido primero en la Licenciatura en Artes Combinadas (UBA, Argentina) y luego en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños, en Cuba.

El documental aborda a través de la construcción de un relato colectivo el inicio, la consolidación y la impronta de la figura política de Chávez dentro de una Venezuela históricamente orientada en lo político y económico a solventar los intereses estadounidenses en las tierras bolivarianas. Dentro de este marco, a inicios de los ’90 Chávez inicia un movimiento de renovación de la vieja política nacional en pos de una reestructuración de un estado que puje y prime los intereses venezolanos por sobre los de las naciones imperialistas. Ante semejante declaración, el documental muestra el paso de Chávez por la cárcel, el movimiento popular que reclama su liberación, el intento de golpe de Estado que primero perpetró él en contra de un gobierno liberal y el que luego sufrió él mismo para buscar su destitución y que fracasó. Del mismo modo, la película muestra las obras de gobierno del proclamado Comandante en Jefe, el tratamiento que se realizaba de su figura en medios nacionales e internacionales, opositores y oficialistas, el reconocimiento de su enfermedad y el golpe político, social y emocional que sufrió Venezuela ante la pérdida de semejante cuadro político nacional y que marcó una impronta destacable en el incipiente Siglo XXI.

Este relato colectivo se va construyendo a través de la hibridación de distintas voces que comentan cómo se vivió, cómo se sintió y cómo repercutieron las políticas chavistas en este país. La narración está conformada por todas voces militantes del gobierno chavista: periodistas, militantes de comunas y feministas, ciudadanos, artistas, entre otros, lo que nos deja a quienes no estamos tan interiorizados con la historia política de Venezuela sólo el tratamiento mediático de la parte oficialista, ya que no se le da voz a esta trifurca política en el documental.

Este posicionamiento político ideológico por parte de la directora del documental es completamente explicito, aceptable y enriquecedor para el conocimiento de la figura de Chávez fuera de su país natal. Sin embargo, en opinión de quien escribe, hubiese sido interesante la exposición, a través de una mirada critico reflexiva, de aquellos posicionamientos contrarios desde su propia voz, para enriquecer esta figura que generó amores y odios como fue este Comandante en Jefe venezolano.

A modo de cierre, es interesante reflexionar sobre el tratamiento de la historia en el cine y en particular en los documentales. No hay una verdad objetiva ni una realidad única: los documentales, los medios de comunicación, son sólo una mirada fragmentada, recortada de una realidad vista a través de tal o cual ideología o posicionamiento político. En este caso particular, queda en manos del espectador reponer la otra parte de la historia que el documental no muestra, para que a través de un ejercicio crítico, pueda él mismo elaborar una historia y una opinión propia sobre este cuadro político interesantísimo como es el de Hugo Chávez.