Chávez infinito

Crítica de Alejandra Portela - Leedor.com

La directora argentina de este documental sobre Hugo Chávez que ya tuvo exhibición en Buenos Aires en abril de este año en el Centro Cultural de la Cooperación, y que se acaba de estrenar oficialmente el jueves pasado en el Gaumont, (un estreno algo problematico al que asistió un grupo de venezolanos para amenazar a la directora) tiene estudios en la Universidad de Buenos Aires, pero estuvo radicada entre el 2000 y el 2011 en Venezuela, donde dirigió largometrajes para la Villa del Cine y donde incluso colaboró en la investigación y recopilación de material en el documental que Oliver Stone hizo sobre el comandante Chávez.

Cosa que es importante porque en definitiva Chávez infinito resulta un documental de investigación de campo, construido desde la mirada de una extranjera que vivió los procesos históricos de buena parte del tiempo del chavismo.

Esos momentos históricos son relevados por Vázquez bajo el típico prototipo de documental expositivo a través de discursos y entrevistas, tapas de periódicos, noticias gráficas, entrevistas a representantes de distintos movimientos sociales, como el de ciclistas urbanos revolucionarios, los activistas comunitarios, los representantes de organizaciones populares, o los comité de salud comunales y las agrupaciones feministas. Todos testimonios interesantes para entender el mecanismo de ese modelo político venezolano.

Los tiempos que abarca Chávez Infinito comienzan con el surgimiento de la figura misteriosa de este militar de izquierda nacionalista que lideró el 4 de febrero de 1992 una insurrección que lo llevaría a la cárcel; el nacimiento de la figura mítica del Comandante que encaminaría al pueblo venezolano hacia una verdadera revolución política, social y cultural, denominada “bolivariana” que lo que hizo fundamentalmente es enfrentarse al poder económico norteamericano con un modelo político nacionalista, colectivista. Muchos muertos dejó todo ese proceso, los más de 3000 del “Caracazo” del 27 de febrero de 1989, los 19 del golpe de estado del 11 de abril del 2002, y más.

Con la consigna central de la demolición paulatina del Estado burgués y el otorgamiento del poder (y su redistribución) al pueblo mediante comunas, consejos comunales, cooperativas: el socialismo debía construirse desde el pueblo, empoderado.

El anuncio de su enfermedad, el tratamiento en Cuba, el traspaso de mando al actual presidente Maduro y fundamentalmente el enorme carisma de uno de los líderes más fuertes de la Latinoamérica del principio de siglo XXI son componentes que, aún en su visceralidad, el documental expone de modo de aproximarse a entender en qué consistió y en qué consiste hoy esa porción de la historia venezolana.

Mirá también la carta abierta de la asociación de documentalistas debido al ataque a la directora la noche del estreno