Ceniza Negra

Crítica de Marcela Barbaro - Subjetiva

Ceniza negra, ópera prima de la cineasta costarricense nacida en Argentina, Sofía Quirós Úbeda, ofrece una mirada sensible sobre la comunión entre la naturaleza y el hombre, el abandono de la infancia y la trascendencia de los vínculos.

La historia gira en torno a Selva (Smachleen Gutiérrez), una joven de 13 años que, al haber perdido a su madre, vive con su abuelo Tata (Humberto Samuels), un débil anciano con problemas de salud al que cuida con dedicación, y del que sigue aprendiendo. Junto a ellos, está Elena (Hortensia Smith) una vecina mayor que los visita, y la guiará en cuestiones de su femeneidad. Selva observa el entorno y madura a la fuerza a través de sus sentidos. Rodeada de naturaleza, la creencia en los rituales y las apariciones de su madre, le otorgarán un nuevo significado al duelo que atraviesa.

Quirós Úbeda se acerca al corazón mismo de un pueblo selvático y costero del Caribe para rescatar la sabiduría de un lugar mágico. Los personajes, crecidos en ese entorno, le transmiten a los más jóvenes, como a Selva, la espiritualidad y la mística en torno a las creencias. Los altares con objetos y las ceremonias locales más primitivas, abordarán la muerte de una manera distinta. Tal vez, más tolerable. “Cuando uno muere puede convertirse en varias cosas, como en sombras…”, le dijo su abuelo. Y en ese dolor, toman lugar pequeños rituales tan conmovedores como ancestrales, donde la historia mantiene un vínculo constante con los orígenes. Hay algo de lo sagrado que no debe perderse frente al mundo contemporáneo de Selva, cuando va al colegio o a un bar a bailar con amigos. Esas realidades contrapuestas, la van formando más íntegra y abierta a su espiritualidad.

La belleza de las imágenes nunca se desvinculan del sonido ambiente, de ese afuera tan protagónico que penetra en los ambientes y conecta a sus protagonistas con el espacio. El oleaje del mar, los pájaros, los grillos y las cabras imaginarias del abuelo. La estética visual refuerza el aspecto sensorial del relato, y continúa en línea con su cortometraje Selva, estrenado en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes 2017.

Otra particularidad de la realizadora es el trabajo con actores y actrices no profesionales, logrando una destacada labor en Smachleen Gutiérrez, a quien vemos transitar su arduo pasaje de niña a mujer, mientras los planos la contienen y la acompañan en su devenir.

En su paso por los festivales, Ceniza Negra acumuló premios y reconocimientos destacados como Mejor Película del Festival Internacional de Cine de Costa Rica; Mejor Película en los Premios Nacionales de Cultura de Costa Rica; Mejor Película Semana de la Crítica Festival Internacional de Cine del Cairo y Mención Especial del Jurado Festival de Cine Global de República Dominicana. También fue elegida como la representante costarricense para la 93° edición de los premios Oscar y la 35° edición de los premios Goya.

El debut de Sofía Quirós Úbeda, quien promete ser una voz del cine costarricense actual, logra un relato intimista, con pocos diálogos y tono poético para abordar las pérdidas humanas no como un fin, sino como una cálida y reparadora transformación.

CENIZA NEGRA
Ceniza Negra (Costa Rica/Argentina/Chile/Francia, 2019).
Dirección y guion: Sofía Quirós Úbeda. Intérpretes: Smachleen Gutiérrez, humberto Samuels, Hortensia Smith y Keha Brown. Montaje: Ariel Escalante Meza. Fotografía: Francisca Saéz Agurto. Diseño Sonoro: Christian Cosgrove. Duración: 82 minutos.