Cazafantasmas

Crítica de Iván Steinhardt - El rincón del cinéfilo

Y sí. Los que vimos “Cazafantasmas” (Iván Reitman, 1984), en (por ejemplo) el ya desaparecido Atlas Lavalle, hace como 32 años, está claro que andamos con cierta impronta nostálgica por estos días, cada vez que pasamos por alguno de los cientos de lugares poblados con afiches de una de las realizaciones más icónicas y representativas de esa década y, por cierto, mirando sobre el rabillo del ojo ante un relanzamiento que involucra a Paul Feig como director y a su habitual elenco de comedias sobre “mujeres que son amigas”.
“Cazafantasmas” versión 2016 tiene absolutamente todos, pero todos, los guiños posibles a su predecesora. No hay prácticamente nada dejado fuera de la ecuación. Desde la forma de llegar al clásico logo, a la oficina en la cual finalmente el equipo se instala. La estructura del guión, respecto del escrito hace décadas por Harold Ramis y Dan Aykroyd es básicamente la misma. Científicas abocadas a la investigación sobre lo paranormal que no son aceptadas como académicas en la/s universidades por considerarlas un fraude, finalmente logran probar que sus investigaciones tenían su razón ser a juzgar por la cantidad de fantasmas que van apareciendo en la ciudad de Nueva York.
Una introducción en la cual se cambia la biblioteca por una vieja mansión para hacer aparecer el primer fantasma nos instala directamente en la propuesta narrativa, estética y conceptual, ante la cual estamos sentados: Esta nueva saga se va a aferrar fiel y consistentemente a la original. Los elementos de las escenas, los diálogos y el vínculo entre personajes sera como ver un collage entre las dos anteriores y la actual. Tal vez para asegurar que los nostálgicos se vuelquen masivamente al cine, y de paso tener un sólido punto de partida si quisieran seguir la fiesta con una segunda parte. Podría ser pasible de falta de originalidad, pero cuando vemos los créditos rezando “basada en “Ghostbusters” escrita por Iván Reitman en 1984”, queda claro que esa autoconciencia fue la primera y única intención de éste estreno.
Apuntando directo a la memoria, veremos cameos de Dan Aykroyd, Bill Murray, Sigourney Waver, Janine Melnitz, Ernie Hudson, y hasta Harold Ramis está presente en forma de busto de bronce como sincero homenaje. También la vieja oficina alquilada en su momento por los tres pioneros de la saga, el logo con el fantasmita atravesando la señal de “prohibido”, y por supuesto el hit “Ghostbusters” en su versión original, y en otras tres variantes de distinto gusto.
Más allá de la copia del guión y de mantener todo el esquema anterior, hay dos o tres hallazgos para observar porque son los que sostienen la película: La química entre las cuatro actrices y los gags, en especial cuando contratan a Kevin (Chris Hemsworth, haciendo de perfecto idiota, pero lindo). El resto es algo más flojo, como la endeble construcción del villano, por ejemplo, merced a que Katie Dippold y Paul Feig parecieron más ocupados en cómo hacer entrar todo el universo de personajes (hasta el fantasma come-salchichas aparece), que en la creación de un buen antagonista.
“Cazafantasmas” tiene al final, final, una razón para creer en una posible secuela que seguramente merecerá que se toque el timbre del recreo para poder tomársela en serio. Mientras tanto habrá buena dosis de carcarajadas, pero claro, éste director se especializa en eso.