Cazafantasmas

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Salvo que haya un milagro en los próximos días (a veces ocurren) y el público apoye de manera masiva la nueva versión de Los Cazafantasmas , el film del director Paul Feig (Bridemaids) está destinado a terminar en el tacho de basura de las remakes hollywoodenses.
La verdad que la película no es tan terrible como anunciaban los trailers, pero falla por completo a la hora de impulsar una nueva saga en el cine.
Muchas escenas que en los avances se veían patéticas dentro del contexto del film funcionan mejor.
No obstante, el problema con este estreno es que se trata de una producción sin magia ni inspiración que no logra despertar interés por una nueva etapa de esta franquicia.
Al director no se le cayó una sola idea creativa, más que cambiar el género de los personajes principales, y la película ofrece una de sus típicas comedias de medio pelo que se dejan ver en el momento y luego se evaporan de la mente.
La nueva versión de Los Cazafantasmas es una producción mediocre por el potencial desperdiciado más que por la calidad de su contenido artístico.
Es decir, si te gustó Bridemaids y los trabajos previos de director seguramente te vas a entretener con esto, ahora como relanzamiento de esta serie el resultado final es decepcionante.
La idea de explorar el concepto de esta propuesta con un equipo femenino no era mala, pero en este caso fue trabajado de la peor manera posible. El film falla por completo a la hora de capturar la esencia de esta serie que brindó mejores proyectos en la animación.
Los nuevos personajes no son atractivos y carecen de la fuerza necesaria para sostener una franquicia. No es un equipo que genere entusiasmo, sobre todo porque el tono de la comedia está centrado en la parodia.
Dentro del reparto, los únicos artistas que compusieron un personaje fueron la sobreactuada Kate McKinnon (quien encarna la versión femenina de Egon Spengler) y Chris Hemsworth. El resto de las actrices repiten la misma clase de roles que ya trabajaron en películas previas o en el caso de Leslie Jones, en el programa Saturday Nigh Live.
No hay ninguna sorpresa en ese aspecto.
La paradoja de este estreno es que la expectativa estaba puesta en el reparto femenino y al final Thor se robó la película.
Hemsworth tiene momentos graciosos porque sorprende con un rol diferente donde no tuvo miedo de ponerse en ridículo. Que un artista que brilló en un tremendo drama como Rush después te sorprenda en un rol cómico es fabuloso. Cosa que no ocurre con Melissa MacCarthy, la digna heredera de Adam Sandler, que hace lo mismo en todas sus películas.
La desventaja del personaje de Hensworth es que con el paso del tiempo se vuelve redundante y su rol se convierte en un único chiste que se repite una y otra vez.
Al margen de esta cuestión, el film de Feig no propone nada interesante en el tratamiento de los Cazafantasmas. A lo largo de la trama hay varios guiños forzados a los trabajos de Ivan Reitman y cameos penosos del reparto original que no tienen mucho sentido.
Es claro que el cineasta nunca supo que hacer con estos personajes.
La trama presenta un villano patético cuyas motivaciones son desconocidas y tampoco llega a tener un desarrollo. Sin embargo su presencia le da una justificación a la existencia de las protagonistas.
Desde los aspectos técnicos los efectos especiales son pasables y no me disgustó la estética de dibujo animado de Scooby Doo que le dieron a la película. El diseño de los fantasmas estuvo claramente inspirado en la serie animada de Hanna-Barbera.
Sin embargo, esto no alcanza a levantar una película olvidable que no le hace justicia a los Cazafantasmas.
Ojalá la nueva producción animada que prepara Ivan Reitman y el film live action dirigido por los hermanos Russo (Capitán América) cambien pronto esta situación.