Cazador de demonios: Solomon Kane

Crítica de Julieta Paladino - Fancinema

Redención de un antihéroe

Basada en un libro de Robert E. Howard, conocido por ser el creador de Conan el bárbaro o de Kull de Atlantis, Cazador de demonios cuenta la historia de Salomon Kane, un hombre despiadado en su pasado que debe debatirse interiormente entre el bien y el mal para evitar perder su alma, precio a pagar por tantos pecados cometidos. Se trata de una historia ambientada en el siglo XVI pero con el agregado de monstruos y elementos fantásticos que servirán de catalizadores para que nuestro “héroe”, quien en un comienzo es una suerte de villano malvado, pueda redimirse y pagar por sus pecados. Desfilarán ante nuestros ojos imágenes seguramente inspiradas en los cuadros de Pieter Brueghel el viejo: cadáveres ahorcados, cuervos comiendo carroñas, muertos tirados en las calles, poblados destruidos, personajes con deformidades y mutilaciones, muchedumbres sobresaltadas, paisajes nevados y grises. Cabe destacar el excelente trabajo artístico de David Baxa, quien ha trabajado en películas como Calabozos y dragones, Desde el infierno, La liga extrordinaria, Wanted, Las crónicas de Narnia, Hostel, La pantera rosa, entre otros títulos.

Esta coproducción entre Inglaterra, Francia y República Checa cuenta con las excelentes actuaciones de James Purefoy (en el rol protagónico), Pete Postlethwaite, Rachel Hurd-Wood, Alice Krige, Max Von Sydow, entre otros. Los personajes están muy bien construidos, aunque todo se centra obviamente en su protagonista y en sus conflictos de fe y en su evolución que se volverá bastante predecible. La historia transcurrirá lentamente en comparación a lo que el género de acción nos tiene acostumbrados en los últimos tiempos, y la música anacrónica de las grandes producciones de Hollywood será reemplazada por una música empática con la época que se quiere representar, como de “film de época”.

Cazador de demonios aspiraba a ser la primera entrega de una trilogía, pero no sabemos si tendremos la suerte de ver realizadas las restantes partes que debían estar ambientadas la primera en Africa y la otra en Estados Unidos en la época de las colonias. Lo que nos queda claro en esta película es que Michael J. Bassett ha querido condensar una novela extensa en una hora y media, dejándonos la sensación de que detalles de la historia han sido omitidos y que el pasado de Salomon Kane ha sido resumido. El efecto positivo será probablemente que los amantes del género de aventuras irán a rescatar la obra de Howard para reconstruir esos detalles y continuar leyendo las secuelas u otras de las tantas obras que creó este fugaz escritor.