Cats

Crítica de Guido Rusconi - Revista Meta

Cada cierta cantidad de tiempo aparece una película que por diversas razones termina siendo el asidero de toda crítica negativa que haya en cualquier medio relacionado con el mundo del espectáculo. Si acaso es merecedora de tales críticas es algo que a menudo no importa demasiado, porque una vez que periodistas, críticos, youtubers y demás representantes de los medios han plasmado su opinión, el daño está hecho y ya no habrá nadie que vea esta película sin una mala predisposición (o tal vez la verán de forma “irónica”, para corroborar su bajísima calidad).

El ejemplo más reciente de esto es Cats, dirigida por el ganador del Oscar a Mejor Director Tom Hooper. Basada en el exitoso musical de Broadway de Andrew Lloyd Weber (que a su vez está basado en un libro de T.S. Eliot), cuenta la historia de un grupo de gatos llamados Jellicle, quienes una vez al año se reúnen para elegir a uno de su tribu para que ascienda a una vida superior en la que pueda cumplir con sus sueños. Si la trama suena algo intrincada, es porque el musical siempre se enfocó más su complejidad en las canciones y las coreografías que en su historia, lo cual se nota a la hora de traducir el lenguaje teatral al cinematográfico. La espectacularidad del musical difícilmente se pueda ver plasmada en la pantalla grande de igual manera, por lo que desde su punto de partida, Cats ya se encuentra en desventaja. Sin embargo, Hooper ya ha llevado musicales al cine y ha caído mejor parado, con su adaptación de Les Misérables de 2012. Si bien esa épica inspirada en la obra de Víctor Hugo vio su prestigio caer desde el año de su estreno, en aquél entonces tuvo un gran éxito tanto de crítica como de taquilla. Pero en el caso de Cats nos encontramos con un material más difícil de adaptar, en el que no se sigue una estructura narrativa tradicional, y en el cual el contenido de casi todas las canciones se limita a los personajes presentándose a sí mismos y cantando sobre ellos.