Cato

Crítica de Camila López Parafita - Chapeau Argentina

¿Qué hacemos las personas a las que nos duele vivir?”, se pregunta Tiago PZK en su canción “Loco” que -a solo 3 semanas desde su lanzamiento- ya acumula 20 millones de reproducciones en YouTube. Y aunque muchas de esas visitas llegaron por el éxito consolidado del artista urbano, lo cierto es que no se trata da un tema musical más, sino que es la pieza fundamental de Cato, la película que llega hoy a las salas con su actuación como principal apuesta.
Ópera prima de Peta Rivero y Hornos, la cinta presenta a un joven que vive en el conurbano bonaerense y que sueña con convertirse en una estrella del trap internacional. Pero a pesar de sus grandes ambiciones y su capacidad de alcanzarlas, Cato se ve envuelto en una tragedia familiar que marca un antes y un después en su vida y que, si no logra superarlo, el freestyle será solo un recuerdo de su pasado.
Contar un poco más implicaría entrar en spoilers y aquí está la principal debilidad del largometraje: la introducción de los personajes y el principal conflicto suceden a pocos minutos de que inicie la proyección y, en lugar de evolucionar, la película va decayendo poco a poco. A eso se le suma que, a pesar de que cumple con el objetivo, la figura principal no es en realidad un actor, sino que se trata de un músico.
De todos modos, la trama resulta interesante, así como los momentos musicales que le dan un toque muy especial a Cato, sobre todo con el nuevo single de Tiago PZK que es más que pegadizo y genera un clima que le otorga a la película su momento culmine. El resto del elenco, también con interpretaciones muy acertadas, se completa con Daniel Aráoz, Alberto Ajaka, Rocío Hernández, Azul Fernández y Walter Donado. Vale destacar ante todo la interpretación de Magela Zanotta, quien se pone en la piel de la madre de dos adolescentes, capaz de hacer cualquier cosa por verlos sonreír a pesar de que las condiciones de su entorno no colaboren.
Podría decirse que Cato tiene una propuesta muy valiosa en su guion, sin embargo, se termina quedando a mitad de camino y en lugar de evolucionar, simplemente se estanca. No obstante, es importante destacar la apuesta de convocar a una persona que nunca ha actuado anteriormente para protagonizar el film, puesto que resultó de forma correcta y una gran estrategia para que los jóvenes vuelvan a los cines.