Castores. La invasión del fin del mundo

Crítica de Brian Macchi - Fancinema

Canadá invade Tierra del Fuego

En esta época donde el hombre de a poco va tomando consciencia de los problemas ecológicos que existen en el mundo y que fueron creados por su propia mano, el documental argentino Castores. La invasión del fin del mundo demuestra claramente uno de los grandes errores efectuados contra la naturaleza que se ha cometido en nuestro país.

El film narra la llegada de veinte castores canadienses, en la década del 40, a la isla grande de Tierra del Fuego, territorio compartido por Argentina y Chile en el extremo sur del continente sudamericano, los cuales fueron introducidos con el fin de desarrollar una industria peletera. El proyecto falló y el castor, sin depredadores naturales, rápidamente se expandió como plaga por otras islas de la región alcanzando el número de 150.000 individuos, causando la destrucción masiva de árboles y especies locales, amenazando todos los bosques y lagos de la Patagonia.

Con una excelente utilización de material de archivo, la producción va contando ordenada y (casi) cronológicamente cómo fue la idea de este proyecto y poco a poco cómo fue acabando en uno de los intentos más ingenuos del hombre por querer alterar los ecosistemas para su beneficio.

Mediante los relatos de científicos, especialistas, pobladores del lugar y unos simpáticos dibujos animados (parte didácticos, parte irónicos), Castores. La invasión del fin del mundo exhibe en forma clara y precisa el desastre en que ha terminado la poco feliz idea del gobierno de aquel tiempo, y las soluciones que se intentan dar para tratar de mitigar la plaga de estos roedores.

Desde el punto de vista técnico, el documental se destaca en lo visual, con un acertado manejo de planos, y una correcta edición que permite un relato dinámico y entretenido.

Castores. La invasión del fin del mundo representa un interesante análisis sobre una circunstancia poco conocida, destacándose por ser una muestra más de los desastres ecológicos que ha cometido el hombre en nombre del progreso, sin pensar en las consecuencias que ello tendría. El hecho de traer castores desde la otra punta del continente a un ecosistema diferente al cual el animal estaba acostumbrado (y viceversa) demuestra, cómo en otros tiempos, la poca noción y soberbia que se tenía por sobre el medio ambiente, generaron secuelas que sufrimos hoy en día.