Cassandra

Crítica de Gustavo Castagna - Tiempo Argentino

Una búsqueda impenetrable

Mito, revelación, búsqueda personal más que viaje iniciático. Cruce de culturas, descubrimiento, enigma, preguntas sin respuestas. Misterio, un gran misterio. La película de Inés de Oliveira Cézar (El recuento de los daños) explora en la vida de Cassandra, enviada con el visto bueno de su editor-jefe (Alan Pauls) a la zona del Impenetrable chaqueño, con la intención de escribir una nota periodística y de investigación que revelerá (o no) otra clase de sensaciones.

En Cassandra la voz en off es la de Alan Pauls describiendo los pasos de la protagonista (Agustina Muñoz) en esa nueva geografía, constituida por una cultura diferente. El personaje entrevistará a algunos habitantes del lugar, reirá con ellos, entenderá sus reclamos sociales que, por suerte, se alejan de la corrección política de un informe televisivo.
Es que Cassandra es el personaje, el punto de vista del relato donde se fusiona el documental con la ficción, el film-reportaje y el paisaje extraño, envolvente, misterioso del Impenetrable. Oliveira Cézar, que ya concibiera un recorrido de aguas parecidas en Extranjera (2007), sobre Ifigenia de Eurípides, construye un relato donde el sujeto-narrador es desplazado por el sujeto-actuante, el personaje activo, el que carga con la acción y el misterio que se desarrolla en el film.
En ese sentido, una película hermética y democrática como Cassandra, conformada por diálogos y textos que no disimulan sus pretensiones literarias, donde el paisaje se mimetiza con el personaje (a la manera de los films de Rossellini con su actriz-pareja Ingrid Bergman), reclama un espectador atento, invadido por el misterio, dispuesto al enigma antes que a la respuesta inmediata sobre un determinado conflicto.